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Colores, formas y números
Cada vez que se comience a realizar
un mandala, hay que empezar de cero. El momento presente es el que cuenta y no
lo que sepamos de colores y formas. Hay que dejar que los colores, las formas y
los números hablen a través de nosotros.
Si bien existe una simbología
básica, hay que tener en cuenta los aspectos subjetivos que hacen a cada
persona. Así lo que para algunos es hermoso para otros no. Por esta sencilla
razón, el mejor análisis y la interpretación mas certera, es la que uno realiza
con la simple observación del mandala.
Cada color posee un aspecto
positivo y un aspecto negativo, por eso es esencial la auto observación y el
estudio detallado del momento en el que se realiza un mandala.
El estudio objetivo de nosotros
mismos equivale también a aceptar, aquellos aspectos propios, que tal vez no
nos gusten. El mandala es una especie de reflejo interior. La posibilidad de
cambio esta siempre presente. Se trata de mirar con los ojos del alma.
Los colores hablan. Vibran con una
frecuencia determinada. Cuando un color es integrado a otro, son como las notas
musicales que juntas producen una sinfonía. Su complejo mensaje llega de forma
instantánea a nuestra comprensión intuitiva.
La mejor lectura de un mandala se
lleva a cabo con las "sensaciones" que este despierta en quien lo
observa.
CADA ALUMNO ELABORÓ SU MANDALA PREVIO MOMENTO COMPARTIDO DE MEDITACIÓN DÓNDE CADA UNO ELIGIÓ UN COLOR QUE LE REPRESENTA EN SU MUNDO
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