Cuentos ecológicos | ||
La contaminación | ||
José Ramón Rodriguez, 11 años, 4° grado
Unidad Educativa
Anaco
Hace mucho tiempo que en un
hermoso bosque se encontraron un pájaro y una ardilla, y tuvieron el siguiente diálogo:
-¿Cómo te llamas?, preguntó
el pajaro.
-Mi nombre es Andi, ¿Y el
tuyo?
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-Me llamo Turpial, ¿Y por que está todo tan sucio en este bosque?
- Amigo, esto lo ocasionan las
personas que vienen de campamento, que dejan desperdicios por todas partes y así
contaminan el ambiente.
Entonces los amigos conversaron
acerca de la limpieza del bosque y como podrían hacerla. Decidieron limpiarlo entre
ambos. Y el bosque quedó sin desperdicios y hermoso, como sólo un bosque puede serlo.
Y los pájaros volvieron a
estar alegres y cantaban con una algarabía contagiosa. Los demás animales también
disfrutaban de la alegría por haber recuperado su bosque querido.
Pensaron todos que to mejor era
hacer unos letreros con advertencias para los hombres, que dijeran:
NO CONTAMINES EL AMBIENTE
ECHA LA BASURA EN LA CESTA
CUIDA LOS ANIMALES Y LAS
PLANTAS
Y desde ese momento empezó a
Ilegar la gente, que disfrutó del bosque limpio y que también atendió al Ilamado de los
letreros colgados en los árboles. Así, nunca mas nadie se atrevió a dañar el ambiente.
Desde ese dia, es el bosque
más bonito de la ciudad y la gente no to ha ensuciado más.
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uentos ecológicos | ||
La ranita y el hombre | ||
Annied Malaver, 11 años, 6°. Grado.
Escuela privada San Tomé CORPOVEN, S.
Un día bajo una piedra del río donde vivía la
rana y sus crías, los renacuajos, se escuchó este diálogo en la familia:
-Mamá, ¿qué hay en la superficie y en las
orillas de nuestro río?
-Dentro del río y
en su superficie, viven diferentes tipos de animalitos y de plantas. Y bordeándolo hay
otras clases de ellos, que viven en la tierra y en los árboles. Pero también vive por
allí el hombre y no siempre es bueno con nosotros.
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Los renacuajos se sorprendieron al oír hablar a su mamá en esa forma,
pues no comprendían por que el hombre atacaba animalitos útiles e indefensos.
Pasó el tiempo y los renacuajos se transformaron
en preciosas ranitas, cantadoras; "¡ Croac-cruíc. !"
Y chapoteaban en el río, retozonas, felices,
ensayando saltitos cada vez más largos. Parecían unas hojas frescas, observando con sus
ojos saltones y dorados el mundo que acababan de descubrir.
Pero una de las ranitas tenía mucha curiosidad
por lo que la rodeaba y escapó para explorar ese mundo nuevo. Así, paseó por las
riberas del rió y se adentró por los matorrales cercanos.
Quedó encantada de ver animales grandes y
pequeños cubiertos de pelos, de lana, de plumas y lisos y brillantes también. De pronto
pasaron junto a ella muchos animales que huían aterrorizados. El conejo apenas se detuvo
para aconsejarle que se ocultara, pues venía el hombre.
Estaba muy asustada. ¡Y tan lejos que estaba de
su río y de su familia! Se refugió en un escondrijo desde donde pudo ver que un niño
atrapaba animalitos y los mataba por maldad. Sintió miedo de que el niño la descubriera.
Y eso fue lo que sucedió. La ranita emitió un sonido que llamó la atención del niño,
Este la vio y trató de agarrarla, La ranita, desesperada, dio un gran salto hasta un pozo
cercano.
Pero no pudo salvarse, pues las aguas del pozo
estaban contaminadas y la pobre ranita murió allí.
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