Bajo el título de Los hijos de los días, Eduardo
Galeano publica un libro en forma de calendario: a cada día le
corresponde una historia. Vaya un adelanto.30 de marzo. Día del servicio
doméstico. Maruja no tenía edad. De sus años de antes, nada contaba. De
sus años de después, nada esperaba. No era linda, ni fea, ni más o
menos. Caminaba arrastrando los pies, empuñando el plumero, o la escoba,
o el cucharón. Despierta, hundía la cabeza entre los hombros.
Dormida, hundía la cabeza entre las rodillas. Cuando le hablaban,
miraba el suelo, como quien cuenta hormigas. Había trabajado en casas
ajenas desde que tenía memoria. Nunca había salido de la ciudad de Lima.
Mucho trajinó, de casa en casa, y en ninguna se hallaba. Por fin,
encontró un lugar donde fue tratada. A los pocos días, se fue. Se estaba
encariñando.
22 de marzo. Día del agua. De agua
somos. Del agua brotó la vida. Los ríos son la sangre que nutre la
tierra, y están hechas de agua las células que nos piensan, las lágrimas
que nos lloran y la memoria que nos recuerda. La memoria nos cuenta que
los de-siertos de hoy fueron los bosques de ayer, y que el mundo seco
supo ser mundo mojado, en aquellos remotos tiempos en que el agua y la
tierra eran de nadie y eran de todos. ¿Quién se quedó con el agua? El
mono que tenía el garrote. El mono desarmado murió de un garrotazo. Si
no recuerdo mal, así comenzaba la película 2001, Odisea del espacio.
Algún tiempo después, en el año 2009, una nave espacial descubrió que
hay agua en la luna. La noticia apresuró los planes de conquista. Pobre
luna.
22 de septiembre. Día sin autos. Los
ecologistas y otros irresponsables proponen que por un día, en el día de
hoy, los automóviles desaparezcan del mundo. ¿Un día sin autos? ¿Y si
el ejemplo se contagia y ese día pasa a ser todos los días? Dios no lo
quiera, y el Diablo tampoco. Los hospitales y los cementerios perderían
su más numerosa clientela. Las calles se llenarían de ridículos
ciclistas y patéticos peatones. Los pulmones ya no podrían respirar el
más sabroso de los venenos. Las piernas, que se han olvidado de caminar,
tropezarían con cualquier piedrita. El silencio aturdiría los oídos.
Las autopistas serían deprimentes desiertos. Las radios, las
televisiones, las revistas y los periódicos perderían a sus más
generosos anunciantes. Los países petroleros quedarían condenados a la
miseria. El maíz y la caña de azúcar, ahora convertidos en comida de
autos, regresarían al humilde plato humano.
12 de
octubre. Día del Descubrimiento. En 1492, los nativos descubrieron que
eran indios, descubrieron que vivían en América, descubrieron que
estaban desnudos, descubrieron que existía el pecado, descubrieron que
debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a un dios de
otro cielo, y que ese dios había inventado la culpa y el vestido y había
mandado que fuera quemado vivo quien adorara al sol y a la luna y a la
tierra y a la lluvia que la moja.OBSERVAMOS ESTE VIDEO
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