Los osos polares viven en uno de los lugares más fríos, y por eso dependen de su pelaje, que les cubre todo el cuerpo, y que está formado de grasa que aísla el calor corporal y evita así que se congelen. El pelaje les crece hasta en las patas, lo que facilita también el agarre al suelo resbaladizo que es el hielo. Otra importante función del pelaje, es el camuflaje que este le ofrece en la nieve, debido al color, blanco. Pero, bajo su blanco pelaje, su piel es negra, para poder absorber mejor los rayos del sol cuando los hay.
Estos depredadores suelen alimentarse de animales marinos. Utiliza las zonas donde el hielo se rompe, ya que los animales salen por estos huecos a respirar. Si hay alguna oportunidad, el oso no duda en comer cadáveres que él no a cazado, como el de una gran ballena. El osos polar se encuentra en la parte más alta de la cadena alimentaria de la zona donde vive, por lo que no tiene ningún enemigo natural. Las hembras tienen sus crías en agujeros que las protejan de los elementos de la naturaleza. Tras 28 meses con la madre, habrán aprendido las tácticas de supervivencia. Los osos son animales solitarios, y los machos pueden llegar incluso a matar jóvenes de su misma especie. Los osos polares son muy atractivos, pero son poderosos depredadores, y no temen a los humanos. Cerca de asentamientos humanos, estos suelen escarbar en la basura.
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