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miércoles, 16 de septiembre de 2015

Artigas- retratos

Es Artigas de regular estatura, algo recio y ancho de pecho. Su rostro es agradable; su conversación afable y siempre decente; come parcamente, bebe a sorbos, jamás empina los vasos. No tiene modales agauchados, sin embargo de haber vivido siempre en el campo”. Nicolás de vedia ompañero de colegio

Larrañaga también lo recuerda en ocasión de entrevistarlo en Paysandú, en junio de 1815:
“...En nada parecía un general. Su traje era de paisano y muy sencillo: pantalón y chaqueta azul, sin vivos ni vueltas, y zapatos y medias blancos y un capote de bayetón eran todas sus galas, y aun todo esto pobre y viejo. Es hombre de una estatura regular y robusta, de color bastante blanco, de muy buenas facciones, con la nariz aguileña, pelo negro y con pocas canas; aparenta tener unos cuarenta y ocho años, su conversación tiene atractivos, habla quedo y pausado; no es fácil sorprenderlo con largos razonamientos, pues reduce la dificultad a pocas palabras y lleno de mucha experiencia, tiene una previsión y un tino extraordinarios. Conoce mucho el corazón humano, principalmente el de nuestros paisanos y así no hay quien le iguale en el arte de manejarlos. Todos lo rodean y todos lo siguen con amor, no obstante que viven desnudos y llenos de miseria a su lado...”


“Tío Pepe iba a las estancias por vía de paseo, en las cuales adquirió relación con la familia de los Latorres de Santa Lucía y los Pérez del Valle de Aiguá. Frecuentó esas visitas a la campaña, y le fue tomando afición a las faenas de campo; pero como no tuviera en las estancias de su padre una colocación fija se ponía de acuerdo con los Latorres, con los Torgueses, D. Domingo Lema y D. Francisco Ravía, y salía a los campos de D. Melchor de Viana por autorización de éste y del Gobernador de Montevideo a hacer cuereadas, utilizándose también las gorduras y las astas”.
“... En cuanto al carácter personal de Artigas, lo tengo muy presente, porque desde niña he estado oyendo diálogos de tía Martina Artigas, hermana de tío Pepe, con mi tía Josefina Ravía, del carácter, hechos, y costumbres de aquél hasta la época que voy refiriendo.
Ellos decían que tío Pepe era muy paseandero y muy amigo de sociedad, y de visitas, así como de vestirse bien “a lo cabildante”; y que se hacía atraer la voluntad de las personas por su modo afable y cariñoso.

 “El Señor Virrey separó de la Comandancia de la colonia al benemérito Coronel Don Ramón del Pino...; para reemplazar a Pino se nombró al Brigadier, Dn. Vicente María de Muesas a quien Dios no le ha concedido el don del mando; pronto se empezaron a desertar Oficiales y Soldados de la Colonia; por último, un día llamó al Capitán de Blandengues Don José de Artigas y si sobre algunos de sus soldados habían entrado en un huerto y comido alguna fruta, le dijo tantas cosas amenazándole con que le pondría preso, que lo sofocó, y Artigas salió volando vomitando venganzas; Artigas era el coquito de toda la campaña, el niño mimado de los Jefes, porque para todo apuro lo llamaban y se estaba seguro del buen éxito, por que tiene un extraordinario conocimiento de la campaña como nacido y criado en ella, en continuas comisiones contra Ladrones, Portugueses, etc.; además, está muy emparentado, y en suma, en diciendo Artigas en la campaña todos tiemblan; este hombre insultado y agraviado sale vomitando furias, desaparece y cada pueblo por donde pasaba lo iba dejando en completa sublevación...”informe del comandante Salazar

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