TÉCNICAS ADECUADAS PARA MULTIPLICAR ÁRBOLES FRUTALES MEDIANTE ACODOS
El acodo es una técnica de reproducción asexual de las plantas que consiste en formar nuevos ejemplares a partir de una rama de la planta madre, no separada todavía de la misma, a la cual se le hacen brotar raíces. Una vez producidas las raíces, la rama se separa de la planta madre. Mediante esta forma de multiplicación se obtienen nuevas plantas que son genéticamente iguales a la planta de la cual se obtuvo la rama.
Este método de multiplicación es mas complejo que si se hace a través de esquejes, aunque tiene la ventaja que el acodo puede recibir agua y nutrientes de la planta madre mientras esta echando raíces. De hecho en la naturaleza este proceso se realiza de una forma natural en muchas plantas cuando algunas de sus ramas tocan el suelo y producen raíces adventicias.
Existen dos tipos de acodo:
- Acodo simple : Se utiliza con arbustos o árboles de ramas flexibles y con ramificación baja.
- Preparar el árbol madre :
El año anterior al acodado se prepara la planta madre de la cual se va a
enterrar una porción de una rama baja. En primavera o finales de
invierno se poda una rama baja para que produzca ramas jóvenes que sean
capaces de enraizar con facilidad.
Dibujo de acodo simple
- Realizar el acodado:
A finales de invierno o a principios de la primavera del año
siguiente, se dobla una rama joven dirigiéndola hacia la tierra , de
manera que la parte que será enterrada en el suelo quede a unos 15 o 30
cm del extremo final. En este punto de contacto con el suelo se realiza
un agujero de unos 10 o 15 cm de profundidad, con el costado opuesto al
árbol completamente vertical.
Se
cubre el fondo con una capa de unos 20 cm de mantillo de hojas o turba y
arena. Este tipo de sustrato garantizará un buen drenaje y una buena
aireación al mismo tiempo que mantendrá un cierto tipo de humedad
constante.
Cortar
los brotes y las hojas laterales del tallo, dejando los brotes y hojas
finales del mismo en una porción de unos 15 o 40 cm. Se dobla la rama
sobre este agujero de manera que forme un ángulo recto y se sujeta con
un gancho para que permanezca en contacto con el suelo y no se levante.
Posteriormente, se cubre con tierra de manera que la porción final de la
rama de entre 15 o 30 cm quede elevado por encima del suelo y parte de
la porción intermedia quede enterrada a unos 10 cm de profundidad.
Apretar la tierra sobre la rama y sujetar el extremo final de la misma
clavando una estaca o caña en el suelo y afianzado en ella la rama con
una cinta o cordel.
Regar abundantemente de manera que el suelo esté siempre húmedo.
Para
facilitar el nacimiento de las raíces se puede realizar un corte
sesgado con una navaja limpia y bien afilada en la parte inferior de la
porción de la rama que queda enterrada. Para que las dos partes no se
toquen colocar en medio un mondadientes. Será a partir de este punto
donde se producirán nuevas raíces. Si se quiere se puede aplicar en la
zona de corte hormonas de crecimiento.
La
formación de las nuevas raíces depende de las condiciones de calor, luz
y humedad. Para que el tallo produzca raíces debe estar a oscuras por
lo que se enterrará adecuadamente en el suelo o se aporcará, es decir se
cubrirá con un montón de tierra.
- Separar el acodo de la planta madre :
La parte introducida en el suelo produce nuevas raíces durante todo el
periodo vegetativo. Al llegar el otoño, se desentierra la rama y se
comprueba si ha producido raíces. Si es así, se corta por delante de la
zona donde se han producido las raíces y se planta en un tiesto o en el
suelo . Si todavía no se han producido raíces se deberá esperar una
temporada más.
- Cuando se encuentre bien establecido se puede trasplantar en su lugar definitivo.
De esta manera se pueden plantar árboles frutales como la morera o el avellano.
- Acodo en montículo: Se utiliza para propagar arbustos y árboles frutales con ramas menos flexibles, como los manzanos, los membrilleros, los arándanos o los groselleros.
- Preparación de la planta madre :
Se puede plantar un árbol a raíz desnuda y dejar que este se afiance
durante una temporada o utilizar un árbol ya existente. Sea un caso u
otro, al llegar el invierno se poda la planta madre a unos 2,5 cm del
suelo.
- Realización del acodo en montículo:
Al llegar la primavera, cuando la planta haya producido nuevos rebrotes
de unos 13 cm de altura se amontona tierra, turba o aserrín hasta la
mitad de los rebrotes de manera que queden parte de los tallos
enterrados. A medida que la planta va creciendo se va aumentando el
montículo hasta que este alcance una altura de unos 40 cm. La parte
cubierta del tallo emite raíces. Una vez bien enraizado se descubre el
montículo y se cortan cada una de las ramas por debajo de la zona donde
han producido raíces. En el caso del manzano se podrán separar sobre el
mes de diciembre; en el caso del membrillero a finales de otoño.
El injerto es un método de propagación vegetativa artificial de los vegetales en el que una porción de tejido procedente de una planta —la variedad o injerto propiamente dicho— se une sobre otra ya asentada —el patrón, portainjerto o pie—, de tal modo que el conjunto de ambos crezca como un solo organismo. El injerto se emplea sobre todo para propagar vegetales leñosos de uso comercial, sean frutales u ornamentales.1
El injerto se emplea para permitir el crecimiento de variedades de valor comercial en terrenos o circunstancias que les son desfavorables, aprovechando la mayor resistencia del pie usado, o para asegurarse que las características productivas de un ejemplar se mantienen inalteradas, frente a la dispersión genética que introduce la reproducción sexual. En el caso de híbridos de número cromosómico impar, que son estériles por naturaleza, la propagación vegetativa es la única manera de reproducción posible. Más raramente, el injerto se utiliza para unir más de una variedad en un mismo patrón, obteniendo así un único ejemplar que produce frutos o flores de varias características diferentes. |
muy buena información
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