nado de noche en la cister- na picoteada de estre�llas, me lavo la
Soy el oso de las
cañerías de la casa, subo
por los caños en las horas
de silencio, los tubos de
agua caliente, de la cale- facción, del aire fresco, voy por los tubos de depar- tamento en departamento
y soy el oso que va por las
cañerías. Creo que me
estiman porque mi pelo
mantiene limpios los con- ductos, incesantemente
corro por los tubos y nada
me gusta más que pasar
de piso en piso resbalando
por los caños. A veces
saco una pata por la cani- lla y la muchacha del ter- cero grita que se ha que- mado, o gruño a la altura
del horno del segundo y la
cocinera Guillermina se
queja de que el aire tira
mal. De noche ando calla- do y es cuando más ligero
ando, me asomo al techo
por la chimenea para ver
si la luna baila arriba, y
me dejo resbalar como el
viento hasta las calderas
del sótano. Y en verano
Discurso
del Oso
cara primero con una
mano, después con la
otra, después con las
dos juntas, y eso me pro- duce una grandísima
alegría. Entonces res- balo por todos los caños
de la casa, gruñendo
contento, y los matrimo- nios se agitan en sus
camas y deploran la ins- talación de las tuberías. Algunos encienden la
luz y escriben un papeli- to para acordarse de
protestar cuando vean
al portero. Yo busco la
canilla que siempre
queda abierta en algún
piso; por allí saco la
nariz y miro la oscuri- dad de las habitaciones
donde viven esos seres
que no pueden andar
por los caños, y les
tengo algo de lástima al
verlos tan torpes y
grandes, al oír cómo
roncan y sueñan en voz
alta, y están tan solos. Cuando de mañana se
lavan la cara, les acari- cio las mejillas, les lamo
la nariz y me voy, vaga- mente seguro de haber
hecho bien.
tura 4to año para
JulioCortázar
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