Las
mujeres de Artigas
Lic.
Fernando Klein
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El
estudio de la vida intima del General José Artigas (1764-1850) ha
resultado ser enormemente dificultosa, probablemente por haber sido éste
prácticamente elevado a una especie de mito “deshumanizado”. Lo
cierto es que el prócer tuvo varias compañeras que lo siguieron a lo
largo de su vida con las cuales engendró varios hijos por los que se
preocupó en forma constante tal y como lo revelan las diversas cartas y
documentos. Cabe aclarar que varias veces Artigas actúa en una suerte de
padrinazgo ofreciendo su protección y cuidado a niños que luego portaron
su apellido sin tener vínculo biológico con el prócer.
Artigas e Isabel Sánchez
Velásquez
La
primera mujer de Artigas de que se tenga conocimiento documentado es
Isabel Sánchez (nacida hacia
1760) quien fue su amor de juventud y vecina de Villa Soriano. Isabel Sánchez
estuvo casada en primeras nupcias en 1779 con Julián Arrúa con el que
tuvo cinco hijos reconocidos. Julián Arrúa pertenecía a la milicia y
luego de dejar las armas fue peón de campo y luego de tropas arriando
ganado: “Su patrón había confiado su empresa a un joven montevideano
con cinco años de experiencia en esa clase de trabajo, famoso por su
ascendiente personal entre el paisanaje. Emparentado con prestigiosas
familias de Santo Domingo Soriano,
el joven frecuentaba en sus vacaciones ese pueblo, asiento de una sociedad
democrática que ejercía sobré atracción irresistible. Llamábase José
Artigas” (SANTOS PÍREZ 2002)
Arrúa
finalizo su vida inculpado por un asesinato: luego de estar preso diez años
en las obras de fortificación de Montevideo, falleció de forma violenta,
hacia el 30 de abril de 1802 (no
se sabe de qué manera murió con exactitud).
Estando
separada de su primer marido Isabel Sánchez y José Artigas se enamoran y
de dicho amor nacerán cuatro criaturas nacidos en la Villa de Soriano:
Juan Manuel (3 de julio de 1791), María Clemencia (14 de agosto de 1793),
María Agustina (4 de agosto de 1795) y María Vicenta (24 de octubre de
1804). Como se puede observar el romance se prolongó por un largo período
de tiempo: entre el primer y el último de los hijos conocido media un
lapso de casi tres lustros; 1791 a 1804.
Manuel
Artigas también eligió el oficio de las armas: en 1811 era jefe de una
división de caballería, en 1814 estuvo al mando de la guarnición del
pueblo de Mercedes y en 1816 y 1817 fue coronel del Regimiento de Caballería
Civil. Se casó en La Purificación en 1815 con Doña Juana Isabel Ayala,
presidiendo la boda el cura Monterroso.
Manuel
será el representante de Artigas en sus asuntos familiares que se
prolongan incluso hasta la internación de Artigas en el Paraguay, en ese
momento lo encontramos en el departamento de Paysandú con su esposa y con
su madrastra Melchora Cuenca y los hijos de ésta. Manuel se establece en
Entre Ríos en 1821 con su mujer y su primer hijo alejándose de la que sería tercera mujer de Artigas, Melchora Cuenca. En
Entre Ríos, precisamente, lo encuentra la muerte el 15 de octubre de 1851
(THEVENET 1925)
Artigas y Rosalía
Villagrán
Al
fallecer Isabel Sánchez, Artigas solicita licencia en su campamento de
Tacuarembo Chico para contraer matrimonio, arreglado a la usanza de la época,
con su prima Rosalía Rafaela Villagrán. La boda se llevó a cabo el 31
de diciembre de 1805 asistiendo el novio uniformado, siendo la madrina de
boda una hermana de Rosalía futura madre del que fuera presidente de la
República: Don Gabriel Antonio Pereyra. Al tener un parentesco
relativamente próximo, el cura les encomienda mantenerse en la oración,
persignarse, etc. (arrodillados) por tres semanas.
Del
matrimonio nacerían tres hijos, un varón y dos mujeres que mueren a los
pocos meses de nacidas, sus nombres fueron: José María, Francisca y
Petrona.
En
“Rasgos biográficos de hombres notables de la República Oriental del
Uruguay”, de Isidoro de María, se describe la situación económica de
Artigas al momento de su boda: “Al tomar estado no poseía más bienes
de fortuna que el sueldo de 48 pesos que gozaba como Ayudante Mayor de
Blandengues y un campo en Arerunguá, que acababa de denunciar como
realengo. Careciendo de dote para su consorte, su padre don Martín le
regaló un solar de 13 varas de frente al Este, por 50 de fondo, ubicado
en la calle de San Benito, contiguo a la casa de su propiedad, en la
cuadra que había sido repartida a su progenitor don Juan Antonio Artigas,
primitivo poblador” (calle Colón y Cerrito). Transcurrido un año de su
casamiento, Artigas debe retornar al servicio activo en el escenario de
las invasiones inglesas.
La
vida del novel matrimonio fue difícil, el sueldo de Artigas no siempre
resultaba pago, carecía de recursos para atender su familia, o estaba de
servicio en campaña. En estas circunstancias, y con motivo de un aborto
sufrido por su esposa, le escribe desde el Paso de Polanco la siguiente
carta a su suegra doña Francisca Villagrán:
“Mi
más venerada señora: Aquí estamos pasando trabajos, siempre a caballo
para garantir a los vecinos de los malevos. Siento en el alma el estado de
mi querida Rafaela. Venda usted cuanto tenga para asistirla, que es lo
primero, y atender a mi querido José María, que para eso he
trabajado”. (16 de agosto de 1809)
Cuando
la situación se agrava, el cabildo de Montevideo ayuda a la esposa del prócer
con una pensión de cien pesos mensuales, asistencia para la educación de
su hijo y una casa en la ciudad. La primera de estas ayudas la recibe
Manuel Villagrán, hermano de Rosalía:
“He
recibido del Sr. Regidor Don Antonio Reyna, la cantidad de seis onzas de
oro, que por orden superior me fueron entregadas por dicho señor, para
ponerlas a disposición de doña Rafaela Villagrán. Y para que conste le
doy el presente en Montevideo a 25 de julio de 1816. Manuel Villagrán”.
Cuatro meses después de morir Petrona, una de sus hijas, Artigas
le escribe a su suegra:
“...quedo
enterado en todo en quanto en la suya me dice, en particular del estado de
Rafaela de que sus males an seguido sin encontrar ninguna mejoría lo que
para mi ha sido muy sensible, pues yo pensé que ubiese tenido alguna
mejora... José Artigas. Paso del Polanco, 16 de agosto de 1810” (sic)
Su
matrimonio fue destruido, en parte, por la enfermedad mental que afectaba
a su esposa (alucinaciones, manías persecutorias, etc.) producto
de una fiebre puerperal en una época donde los medios antisépticos
eran desconocidos; su esposa sería cuidada por una tía de Artigas.
Rafaela Rosalía Villagrán, muere finalmente, en Montevideo en el año
1824. Eduardo Galeano, en su “Memorias del fuego”, nos ilustra su
entierro “Pasa un par de bueyes, llevando una muerta al camposanto. Tras
la carreta, un monje desgrana el rosario. Hasta la barbería llegan los
sones de alguna campana que por rutina despide a la difunta de tercera
clase. La navaja se para en el aire. El barbero se persigna y de su boca
salen palabras sin ánimo desollador: Pobrecilla. Nunca fue feliz. El cadáver
de Rosalía Villagrán está atravesando la ciudad ocupada por los
enemigos de Artigas. Hacía mucho que ella creía que era otra, y creía
que vivía en otro tiempo y en otro mundo, y en el hospital de la Caridad
besaba las paredes y discutía con las palomas. Rosalía Villagrán, la
esposa de Artigas, ha entrado en la muerte sin una moneda para pagarse el
ataúd”.
De este matrimonio nacería, como se ha dicho, José María en el año
1806, hombre que pronto encontró el camino militar llegando a alcanzar el
grado de Teniente Coronel. Ya se ha comentado que Artigas tuvo que
requerir del Cabildo para que lo ayudaran en la educación de su hijo a
partir de 1815: “Aun esta erogación la hubiera ahorrado a nuestro
Estado naciente, si mis facultades bastasen a sostener aquella obligación.
Pero no ignora V.S. mi indigencia, y en obsequio a mi Patria ella me empeña
a ser generoso igualmente que agradecido”.
José
María ni bien se entera de que su padre está aun con vida en el Paraguay
lo va a visitar en 1846 con el objeto de hacerlo retornar a la patria: en
vano rogó a su padre, quien rechazó la propuesta y decidió permanecer
en el Paraguay hasta el fin de sus días. José María moriría un año más
tarde, en la ciudad de Montevideo en 1847.
Es
interesante rescatar que José María se casó con Josefa de María,
emparentada con Isidoro de María quien produciría una de las primeras
biografías del General José Artigas: la creación de un hombre “semi-mítico”,
muy formal y tradicionalista no coincide con la existencia de todas estas
mujeres, queda la interrogante de por qué Isidoro de María no menciona
en su obra ni una sola de las mujeres de Artigas o sus vástagos, a
excepción de Rosalía Villagrán y, obviamente, de José María. Sería,
quizás, para cuidar la
“imagen” de Artigas, o quizás en respuesta al vínculo que lo unía a
José María y obviamente a su viuda, Josefa de María. A partir de ese
entonces se desarrolló en el Uruguay la idea de que el pasado de Artigas,
previo a la época libertadora era oscuro, que faltaban datos, así como
la época en que éste vive en el Paraguay: los datos pudieron ser
filtrados para armar una historia que luego se repitió en los distintos
libros de textos.
Artigas y Melchora
Cuenca
Estando
en el campamento de Purificación, Artigas se casa con una mujer (1815)
que también le dejaría descendencia: Doña Melchora Cuena, una lancera
paraguaya. Esta mujer, mucho menor que Artigas, conoció al prócer pues
su padre traía víveres a Artigas enviados por la Junta del Paraguay. Éste
se constituye en el segundo matrimonio del General habiendo sido anulado
el anterior invocándose la demencia de Rosalía Villagrán. Tuvieron dos
hijos: Santiago, nacido en 1816, y María, nacida en 1819. Aparentemente,
se habrían conocido en Argentina en 1815: luego de retirarse del asedio
de la plaza de Montevideo, Artigas estuvo algunos meses en Santa Fe al
frente de un ejército.
Desde
1819 se notan profundas desavenencias entre el prócer y su mujer quien se
niega a acompañarlo al Paraguay: quedara con sus hijos viendo al General
por última vez en Mandisoví. A partir de allí se inicia para Melchora
una vida de grandes dificultades para sobrevivir, no solo en lo económico,
sino por haber sido la compañera de Artigas debiendo escapar de sus
enemigos.
Los
Rivera, tanto Fructuoso como su esposa Bernardina Fragoso, le tienden una
mano intentando ayudarla: se hacen cargo de Santiago no así de María, la
otra hija. Melchora le respondió a Bernardina Fragoso de Rivera: ella era
“la única hija que le quedaba”, toda vez que su hijo estaba ausente
en campaña militar.
Debe
recorrer Brasil y Entre Ríos siendo perseguida con su hija. Hacia el año
1829 Melchora contrae matrimonio con José Cáceres, natural de Entre Ríos.
Finalmente, Melchora fallece asfixiada por los gases de un bracero, en
circunstancias no aclaradas, en Concordia entre los años 1860 y 1870.
Santiago,
hijo de ambos habría nacido en Purificación en 1816. Tutelado por
Rivera, sigue la carrera militar hasta alcanzar el grado de Coronel. En el
año 1836 se casa en la ciudad de Paysandú con doña Ana Vallejo,
habiendo dado el General Rivera, como su tutor, el consentimiento para su
matrimonio. Peleó en los combates de Cagancha, y en la derrota de India
Muerta. Respaldó y estuvo al servicio del “Gobierno de la Defensa”,
donde participó en la defensa de la villa del Salto. Luego se trasladó a
la ciudad de Concordia donde alcanzó el grado de comandante general
ocupado cargos de confianza del gobernador de Entre Ríos, general
Urquiza. Fallece en esta ciudad en el año 1861.
Dos
documentos confirman que Melchora y Artigas habían contraído matrimonio:
Santiago declara en el acta de su casamiento que era “hijo legitimo”
de Artigas, por otra parte, la partida de defunción de María Artigas, su
otra hija, establece que era la hija legitima “de José Artigas y de su
esposa Doña Melchora Cuenca”.
Con
respecto a sus hijos y a su mujer se pueden exponer dos cartas de Artigas
dirigidas a Manuel Artigas (hijo, como hemos visto, de la unión del prócer
con Isabel Sánchez) poco antes de que el General entrara al Paraguay,
donde Artigas se preocupa por la suerte de su hijo menor Santiago. La
segunda carta de Artigas, cuarenta días más tarde, amplia sus
disposiciones privadas, mostrando una intensa preocupación por su mujer:
Mandisovi,
20 de agosto de 1819:
“...Ya
le he dicho a Carvallo te entriegue los Bueyes, las Carretas, las Yeguas y
los cavallos de los Colorados qe. Deberٲ
traher. Todo lo demás debes recivirlo y tratar de conservarlo, qe. Si lo
cuidas tendrás como mantenerte, y si
lo echas por áy pa.
Ti lo harás. No te encargo más, qe. Me cuides a Santiago, y lo mires
como qe. Es tu hermano. No permitas qe. El pase necesidad. Socorrelo , qe.
Aal fin poco puede Ser. Si Melchora se aburriese de estar áy, y quisiese
ir a otra parte no me permitas en manera alguna, se lleve al Niño. Tu
sabes qe. Por eso lo mantengo y mientras quiera subsistir áy te encargo
se lleven bien , y no lo incomodes, ni se le prive nada delo qe. Ella
tiene. Para ello se lo dió y qe. Disponga como le paresca , menos de
Santiago. A este deberas cuidarlo y recogerlo en cualqr. Caso.
Procura cuidar de las pocas Baqas que hayan quedado. El viejo
Techera tiene las ovejas Si las necesitas puedes recogerlas, y cuidarlas.
Tambn te prevengo, qe. El Viejo Techera tiene una carreta, y otra Dn. Feliz Rodrígz . Es
regular las necesiten. Dejasélas, pero sabrás qe. Te pertenecen y qe.
Puedes recogerlas , quando ya no las necesiten. También te entregará
Carvallo a Tío Jorge, y a Francisquillo pa. Qe. Te ayuden a cuidar, y tu
procura cuidarlos y hacerlos trabajar. Express. A Juanita y tu recibe el
afecto de tu Pe. 20 de Agto. de 19. – José Artigas” (sic).
|
|
“Mi
querido Manuel: por tu apreciable de 2 ppdo. Qudo enterado de quanto has
recivido: con esto, y lo qe. De antemano te tengo dado, me parece tienes
bastante pa. sostener tu
familia, a tu hermanito, y a nustros quatro criados tío Pancho, tío
Jorge, el hornero y Francisquillo; a quienes debes proporcionarles todo lo
qe. necesiten, aun los
vicios, aunqe. Sea, vendiendo algunos animales. Las carretas, es de
necesidad, las tengas siempre listas; si se ha ido. Como me anuncias el
mrto. Capintero, no faltara otro quien
pagandole su trabajo la pongan en estado de servir: con ellas
y los criados puedes acquirir lo necesario pa. Vivir, siempre qe.
arregles tu conducta y no malvarates: éste debe ser tu anhelo: debes
hacerte cargo qe. tu ocupas en el día mi lugar, pa. proveher de lo
necesario a tu familia, tus esclavos, tu hermano y la madre de este; qe.
mis atenciones no permiten
lugar pa. Esto, y qe. Solo tu con tu conducta arreglada puedes
proporcionarles, lo qe. yo haria en iguales circunstancias. Da mis
expresiones a Santiago y afecto de tu Padre. Mandisoví 1.o Octre. De 19.
– José Artigas” (sic.)
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Dama española en 1764 |
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Estudios sobre la fisonomía de Artigas a partir del retrato de
Demersay de José Luis Zorrilla de San Martín |
Artigas y la Madre
del Caciquillo
La
descendencia de Artigas con una mujer charrúa fue profundamente trabajada
por el historiador Carlos
Maggi en su obra “Artigas y su hijo el Caciquilllo”. El niño, de
nombre Manuel, habría nacido hacia el año 1786, siendo, aparentemente,
el primogénito de nuestro prócer. Varias pruebas que se respaldan en
cartas y en la actitud de Artigas hacia y los indios, y viceversa,
respaldan la existencia de este hijo.
La
primera de las cartas, de setiembre del año 1812, nos muestra a Artigas
expresándose de forma cariñosa hacia el caciquillo:
"Cuando
tengo el gusto de hablar al noble cacique don Manuel Artigas, lo hago con
toda la satisfacción que me inspiran sus dignos pensamientos. Yo estoy
seguro de estar siempre con vos, así como vos siempre debes estar
conmigo. Nada habrá capaz de dividir nuestra unión y cuando los enemigos
se presenten al ataque, nos verá el mundo ostentar nuestra amistad y la
confianza que mantenemos. Yo estoy convencido de tus buenos sentimientos;
por ellos y las demás condiciones que te adornan, será siempre un amigo
tuyo y de los que siempre te siguen, tu padre, Artigas" (Maggi
1992:27).
También
se puede leer otra carta, dirigida a José Ambrosio Carranza, datada el
2 de noviembre de 1811, a poco de iniciarse el éxodo del Pueblo Oriental:
“Auxiliará
usted a la mayor brevedad a mi Caciquillo, dándole orden de partir para
los indios bravos...Aconsejará usted al Caciquillo; emplee cuantos medios
razonables estén a su alcance".
Carlos
Maggi hace referencia a la concesión de una estancia de enorme tamaño
hecha a favor de Artigas por parte del coronel Francisco Javier de Viana,
el 14 de febrero de 1805: “el uso y propiedad de un terreno a don José
Artigas”. La estancia, más grande que Montevideo, tenía 105.000 hectáreas
de superficie y constituía la única fortuna que tuvo Artigas en toda su
vida. Esta estancia estaba emplazada en la zona donde merodeaba la nación
charrúa, en Arerunguá, en el espacio formado por los arroyos Valentín y
Cañas.
Por
otra parte, aunque una de las obligaciones de los miembros de Blandengues
era mantener la paz en la campaña, entre lo que se incluye matar indios,
no se tiene comprobación documentada de que Artigas hubiera peleado
contra ellos, matando alguno. Cada vez que se le daba una orden en ese
sentido, dice Maggi, a sus contrincantes “le roban los caballos”: un
ejército sin cabalgadura, en esa época, era una masa de hombres
inoperantes.
También
se puede observar el respaldo indígena al accionar de Artigas luego del año
1812, con enfrentamientos con Sarratea en los cuales desaparecen caballos
y bueyes, sin relincho alguno, sin dejar huellas, y todo en medio de la
noche: todo apunta a los indios. Luego de las desapariciones de animales,
Sarratea es destituido por Buenos Aires, y nombra Jefe de las fuerzas
orientales a don José Artigas. Éste,
y los indios charrúas se incorporan al sitio de Montevideo; el cura Muñoz,
en su diario del sitio, consigna: "Llegaron hoy los charrúas; fue
preciso hacerlos acampar a tres leguas de distancia por su conducta
incivil, aunque su jefe, el Caciquillo, don Manuel Artigas, muy
tratable." (Maggi 1992:151)
Artigas y una Mujer
Anónima
De
la unión de Artigas con una mujer cuyo nombre se desconoce nace el niño
Pedro Mónico. Este niño viene al mundo en el año 1792, siendo bautizado
en la ciudad de Las Piedras. Fue criado por los padres de Artigas como su
nieto favorito. Cuando Martín Artigas, padre del prócer, cree que va a
fallecer deja el siguiente testamento: “...es mi voluntad que, del
quinto de mis bienes, se le den 200 pesos a un niño que he criado llamado
Pedro Mónico y que del quinto de mi finada esposa de le den otros 200
pesos...”. Este testamento, del año 1806, no se ejecuta pues Martín
Artigas recupera la salud pero se respeta lo expresado en él cuando
finalmente se produce su muerte en 1822. El niño, entre tanto, vivió
junto a sus abuelos en Casupá.
Artigas y María
Matilda Borda
María
Matilda Borda, nacida en el año 1783, estaba casada en primeras nupcias
con Antonio Altacho (muerto en 1808). Era dueña de una pulpería y almacén
de ramos generales. Tuvo un hijo con José Artigas, reconocido por éste,
nacido hacia fines de 1813, bautizado en Las Piedras con el nombre de
Roberto. Este hijo, uno de los pocos que no siguió la carrera militar fue
muerto en la revolución de Timoteo Aparicio.
Artigas y una Guaraní
Misionera
Artigas
procreó una niña de nombre María Escolástica nacida el 10 de febrero
de 1813, con una misionera guaraní. Esta niña fue dada al matrimonio
Lorenzo Centurión y Francisca Basualdo quienes le pusieron su apellido.
María Escolástica Centurión se casa con Pedro Abelardo Marote y tiene
varios hijos. Muere el 6 de enero de 1897.
Artigas y Clara Gómez
Alonso
Estando
Artigas en San Isidro de Curuguaty conoció hacia el año 1825 a una mujer
más joven que él, Clara Goméz Alonso. De esta unión nacería Juan Simeón
en el año 1827; éste llegaría a ser Teniente Coronel en Paraguay,
hombre de confianza del Mariscal Francisco Solano López. El niño se educó
y vivió junto a sus padres hasta el fallecimiento del General en el año
1850. La existencia de esta mujer y de su hijos, con la cual vivió más años
que con ninguna (son unos 25 años), puede ser uno de los motivos que no
ha sido totalmente sopesado para entender el porque Artigas nunca deja el
Paraguay. En párrafos atrás mencioné el hecho de que el hijo de Artigas
con Rosalía Villagrán, José María se había casado con una pariente de
Isidoro de María quien realizó una de las primeras biografías de
Artigas: ¿cómo pudo ser posible que estando en Paraguay José María no
haya visto a Clara Gómez y a su hijo, Roberto? Estamos, sin duda, ante un
“filtrado” de datos.
Tomando
como base la información presentada por Nelson Caula en su obra
"Artigas Ñemoñaré” (página 297), reproducimos el siguiente
cuadro, que complementamos con otro que lo continúa:
RAMÍREZ,
Carlos María; “Artigas”; MEC, 1976; Montevideo.
SANTOS
PÍREZ, Manuel; “Los hijos sorianenses de Artigas”; Ediciones
Megaprint; 2002.
THEVENET,
Luis A.; “De la Estirpe Artiguista”; Talleres Gráficos Imparcial;
Montevideo; 1925.
|
Año
Nac.
|
Nombre
del Hijo
|
Edad
de Artigas
|
Mujer
|
Lugar
de Nacimiento
|
1786 | Manuel | 22 | Mujer Charrúa | Desconocido |
1791 | Juan Manuel | 27 | Isabel Velásquez | Villa de Soriano |
1792 | Pedro Mónico | 28 | Criolla | Montevideo |
1793 | María Clemencia | 29 | Isabel Velásquez | Villa de Soriano |
1795 | María Agustina | 31 | Isabel Velásquez | Villa de Soriano |
1804 | María Vicenta | 40 | Isabel Velásquez | Villa de Soriano |
1806 | José María | 42 | Rosalía Villagrán | Montevideo |
1807 | Francisca Eulalia | 43 | Rosalía Villagrán | Montevideo |
1809 | Petrona Josefa | 45 | Rosalía Villagrán | Montevideo |
1813 | María Escolástica | 48 | Misionera | Villa Purificación |
1813 | Roberto | 49 | María Matilde Borda | Montevideo |
1817 | Santiago | 53 | Melchora Cuenca | Villa Purificación |
1819 | María | 53 | Melchora Cuenca | Villa Purificación |
1827 | Juan Simeón | 63 | Clara Gómez | Curuguaty |
Artigas y sus Cónyuges | Sus Hijos | Sus Nietos |
Artigas + Mujer Charrúa | Manuel | |
Artigas + Isabel Sánchez Velásquez | María Clemencia | |
María Agustina | ||
Juan Manuel + (Juana Isabel Ayala) | Pedro Pascual | |
Juan Agustín | ||
Juana Francisca | ||
Juan Manuel + (mujer desconocida) | Aurora | |
María Vicenta + (Diego Bello) | Damiana | |
María Isabel | ||
María Fabiana | ||
José Jacinto | ||
Juan de la Cruz | ||
Artigas + Mujer Anónima | Pedro Mónico + (Felipa González) | Mauricio Antonio |
María | ||
Artigas + Rosalía Villagrán | José María + (Josefa de María) | José Pedro |
Josefa | ||
Petrona | ||
Artigas + Guaraní Misionera | María Escolástica Centurión + (Pedro Abelardo Marote) | |
Artigas + María Matilda Borda | Roberto + (Francisca Peyrallo) | Matilde |
Angelita | ||
Artigas + Melchora Cuenca | Santiago + (Ana Vallejo) | Manuel |
Fidela | ||
Manuela | ||
Santiago + (Isabel Alderete) | Santiago | |
Adela | ||
Un varón | ||
Una mujer | ||
Santiago + (mujer desconocida) | ||
María + (hombre desconocido) | Aurelia | |
Juan Alberto | ||
Alejandra | ||
Juan de Dios | ||
María + (Coronel Santos Correa) | Francisco | |
Artigas + Clara Gómez Alonso | Juan Simeón + (Rosa Samaniego) | Feliciana |
María de las Nieves | ||
Baldomero | ||
Simeón | ||
Domingo |
María de la Cruz |
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