4to año
Señalo los
sustantivos de rojo, adjetivos de azul y verbos de verde.
Platero es
pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que
no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos
escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia
tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y
gualdas... Lo llamo dulcemente: “¿Platero?”, y viene a mí con un trotecillo
alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal... Come cuanto le
doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar;
los higos morados, con su cristalina gotita de miel... Es tierno y mimoso igual
que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra...
Cuando paseo sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los
hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo: -
Tien’ asero... Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.
5to - El sujeto tácito
Es aquel donde no
aparece escrito el sustantivo o pronombre personal en la oración, pero está
sobreentendido: "Leo", cuando decimos "leo" entendemos que
decimos "yo leo". El sujeto "yo" está sobreentendido.
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ejemplos en el texto anterior
6to
año
Subraya
sujeto predicado e indica nucleo de ambos
Las
cañadas
Juan José Morosoli |
El agua que corría por la calzada se llenaba de
pequeños barcos de papel, que arrojábamos uno detrás de otro. Luego los
seguíamos con la imaginación en su viaje por las calles del pueblo. Mi padre
nos reprendía. Aquel continuo ir y venir bajo la lluvia, terminaría por
mojarnos la ropa.
− Déjalos –decía abuelo. − No son los botes, son ellos que viajan… Siempre el agua en nuestra alegría. El agua corriendo como nosotros. Tras los ríos de la calzada, las cañadas llenas de saltos y con enaguas de espuma como las niñas. Las cañadas llenas de encanto, con la juguetería de sus piedras de colores, redondas y sonantes como monedas. Quisimos hacer una colección pero comprendimos que era imposible. Era tan difícil como coleccionar nubes. − ¿No ves que todas, todas, son de colores distintos?... Había de colores que solo se podían definir por comparación. Colores que solo tenían las frutas, los pájaros y las nubes. Las golondrinas volaban sobre su cauce sonoro flechando la mañana. Peces como hojitas iban en la corriente. Junto con los pantalones largos conquistamos el arroyo que ya era cosa de muchachos y no de niños. Y luego las noches del arroyo. Íbamos a pescar con los amigos. La noche se escondía en el monte. Algunos pájaros cantaban las horas como relojes. La corriente se cargaba de estrellas. Las lagunas le tiraban de la cabellera a los sauces. Nos reuníamos en torno de los fogones donde llameaban azules y amarillos los leños del pago. La noche se iba corriendo hacia los bordes del campo y el arroyo se guardaba monte adentro… Siempre había una corriente de agua en nuestras horas mejores. Pero las cañadas eran las más queridas. Las cañadas son la niñez. |
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