Antecedentes.      Los sucesos de Mayo de 1810 en Buenos Aires, habían iniciado el proceso  revolucionario en el Río de la Plata, cuyo objetivo era la eliminación  del dominio imperial español en esta parte de América. En buena medida,  ese proceso estuvo originado por las guerras napoleónicas que se  desarrollaban  en Europa, cuando España fue ocupada por los franceses.  También influyó la política de Inglaterra, que estaba comprometida en la  guerra contra Napoleón; y a la que interesaba además obtener una buena  posición comercial y marítima en el área del Río de la Plata, como lo  habían demostrado las Invasiones Inglesas.    Cuando en Buenos Aires la Junta de Mayo  declaró la independencia de España, la ciudad de Montevideo se mantuvo  fiel al trono español; pero algunos criollos importantes no estuvieron  de acuerdo. Entre ellos, José Gervasio Artigas, que era Capitán del principal cuerpo militar de la ciudad y del territorio uruguayo entonces conocido como la Banda Oriental.  Destacado en la ciudad de Colonia como Capitán de una compañía de  Blandengues, desertó el 15 de febrero de 1811 y viajó a Buenos Aires,  donde se unió al movimiento revolucionario, quedando a las órdenes de la  Junta de Buenos Aires.    Artigas tenía una influencia muy grande en el  territorio interior de la Banda Oriental, porque desde 1797 se había  incorporado como Oficial al Cuerpo de Blandengues,  con el cual había recorrido por varios años todo ese territorio  persiguiendo a los ladrones de ganado que provenían del sur del Brasil,  entonces bajo el dominio portugués. También había tenido a su cargo  otras actividades, como propiciar la colonización del territorio,  haciendo repartos de tierras y fundando nuevas poblaciones. Esa  actividad lo había hecho conocido y apreciado por los principales  pobladores del territorio rural; por lo cual tenía gran ascendiente  sobre ellos.       Artigas,  que a su retorno de Buenos Aires había constituído su cuartel general  en  la ciudad de Mercedes, situada sobre el Río Negro cerca de su  desembocadura en el Río Uruguay; se había dedicado a reclutar un  ejército revolucionario.    Las condiciones del ejército artiguista eran muy precarias. Los soldados  carecían de preparación militar, porque eran principalmente paisanos  que vivían en el territorio en forma casi nómade haciendo trabajos de  campo ocasionales, y peones de los establecimientos ganaderos,  principalmente dirigidos por sus patrones, que las más de las veces eran  los que actuaban como Oficiales.    El armamento era  totalmente improvisado, apenas tenían algunas armas de fuego  rudimentarias que habían sido utilizadas para defensa contra los  indígenas y los bandoleros portugueses; y sobre todo disponían de armas  improvisadas, como cuchillos, lanzas construídas con hojas de tijeras de  esquilar atadas a las cañas tacuaras  o ramas de árboles que empleaban  como  “picanas” (garrocha) para dirigir el ganado, y otros utensilios propios de las tareas ganaderas, como las conocidas como “boleadoras”.        |     Las boleadoras  eran un artificio inventado por los indios para capturar el ganado  bravío, formado por tres esferas hechas de piedra, del tamaño de pelotas  de tennis, atadas por una ranura a un extremo de unas tiras de cuero  seco (llamadas “tientos”)a su vez unidas por el otro extremo. Se  hacían girar rapidamente en  el aire por sobre la cabeza de un jinete  que al galope perseguía a un animal vacuno, y lanzado contra sus patas  las enredaba produciendo su caída. Utilizadas como arma de combate,  podían inmovilizar a un soldado, u ocasionarle fuertes golpes en  su  cabeza.    Las “picanas” eran  cañas tacuaras, plantas que crecían en las costas de los arroyos y en  las zonas de bañados, formando largas y gruesas varas huecas de gran  resistencia. De ellas, los gauchos - garruchos = portadores de garrochas  - recibieron su designación; puesto que las utilizaban, montados a  caballo para guiar el ganado y mantenerlo en orden durante sus  desplazamientos por los campos, para conducirlos a los lugares de  matanza. Fueron convertidas en lanzas, atando a su extremo la hoja de  media tijera de esquilar.                      |     |      Desde su cuartel general de Mercedes, Artigas emitió  un mensaje dirigido a la población de la Banda Oriental, instando a la  revolución; documento que es conocido como “La proclama de Mercedes”. El 28 de febrero de 1811, dos influyentes caudillos criollos, Pedro Viera y Venancio Benavídez habían proclamado la independencia de la Banda Oriental de la corona española, en el conocido como “Grito de Asencio”.  Ello produjo una inmediata respuesta de los pobladores de la campaña  oriental, en la cual de hecho dejó de ejercerse la autoridad colonial; y  muchos se unieron al ejército de milicianos que Artigas estaba  formando.        Desarrollo de la batalla.      El objetivo de Artigas, era avanzar con sus fuerzas sobre la plaza  fortificada de Montevideo, para ponerle sitio; es decir, cercarla y  tratar de penetrar sus defensas, para desalojar a las autoridades que  respondían al trono español.    Con ese propósito, Artigas desplazó sus fuerzas  desde Mercedes en dirección al sur, llegando a ocupar la población de  Nuestra Señora de Guadalupe; actual ciudad de Canelones y capital del  mismo Departamento, distante de Montevideo alrededor de 40 Kms.     El gobernador español de Montevido, envió al  encuentro de Artigas un contingente militar de unos 1.200 hombres al  mando del Capitán José de Posadas.     Los soldados españoles, eran militares  profesionales, dotados de 6 cañones de artillería,  2 obuses lanzadores  de granadas explosivas, y buen armamento de fuego, fusiles que eran de  los más modernos de su época. La milicia revolucionaria estaba compuesta  de unos 400 soldados de a pié y 600 jinetes. Los españoles estaban  instruídos en la realización de maniobras militares y en el empleo  eficiente de su armamento; por su parte, los criollos eran hombres de  campo, hábiles jinetes, y expertos en el manejo de sus utensilios para  picanear y “bolear” el ganado cerril.      El enfrentamiento tuvo lugar el  18 de mayo de 1811 en campos próximos al pueblo de Las Piedras, hacia las 11 de la mañana.    Los españoles, que habían llegado por el camino  desde Montevideo, adoptaron su posición de batalla sobre una zona de  altura, muy cerca del Arroyo de Las Piedras que quedó a sus espaldas.     Artigas, que había ubicado su fuerza al frente,  destacó en línea directa a la posición  española un grupo de infantería  al mando de Antonio Pérez, que amagó un ataque acercándose a la  distancia de alcance de tiro de los trabucos españoles, pero cuando  éstos abrieron fuego simuló una retirada en derrota. Eso provocó que los  españoles salieran de su ventajosa posición para perseguirlos;  circunstancia en la que el grupo de  caballería artiguista, al mando de  Manuel Artigas, logró infiltrarse por el flanco izquierdo del  contingente español en  un movimiento envolvente, y llevó a cabo su  ataque, quedando los españoles entre dos fuerzas atacantes.     La batalla duró varias horas. Hacia las 5 de la  tarde las tropas españolas habían quedado derrotadas; y los  revolucionarios americanos habían obtenido la primer victoria sobre los  españoles. Posadas izó la bandera blanca y se rindió ante Artigas; en  uno de los episodios que fueron luego tema de una de las pinturas  patrióticas de Juan Manuel Blanes.       Principales consecuencias del triunfo oriental en Las Piedras.      La batalla de Las Piedras fué en primer gran triunfo militar de la  revolución libertadora del Río de la Plata. Como tal, significó un  episodio de gran trascendencia histórica, que tonificó el espíritu  revolucionario americano.    Su principal consecuencia militar fue que Artigas  pudo poner el primer sitio a Montevideo, en cuyas afueras acamparon sus  fuerzas; recibiendo la asistencia de un ejército porteño enviado desde  Buenos Aires al mando del Gral. José Rondeau. Todo el territorio de la  Banda Oriental quedó fuera de la autoridad de los españoles.       Por una parte, la fuerza militar española en el Río de la Plata quedó  practicamente eliminada, al haberse apoderado Artigas de buena parte de  su mejor armamento. Eso movió al Virrey Elío, sitiado en Montevideo, a  recurrir a la ayuda del gobierno de Portugal mediante la invasión de la  Banda Oriental por el norte, desde el sur del Brasil. Ello comenzó un  largo período de intervención portuguesa primero, y brasileña después,  que de alguna forma pautó el desarrollo de nuestra historia hasta la  Independencia.   Por otra parte, la asistencia militar prestada por la  Junta de Buenos Aires para el sitio de Montevideo, inició un proceso de  relaciones entre Artigas y el gobierno porteño, frecuente y  crecientemente plagado de controversias y desinteligencias; que  constituyera un factor de gran trascendencia en la culminación de la  participación de Artigas en nuestra gesta libertadora.   
  | 
No hay comentarios:
Publicar un comentario