Somos la comunidad educativa de la escuela rural 78 de Paysandù Uruguay.
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domingo, 30 de noviembre de 2014
GORRO DE EGRESADOS
MOLDE DE GORRO DE EGRESADOS (BIRRETE)
Materiales
Goma eva Negra
tijeras
Pistola encoladora
Procedimiento
1.- Cortar una tira de aproximadamente 50 x 7 cm (es conveniente medir el perímetro de cada cabeza ya que varía
considerablemente de un niño a otro). Armar un aro pegando los extremos entre sí.
2.- Cortar un cuadrado de 23 cm de lado. Pegar el aro centrado sobre el cuadrado.
3.- Cortar una tira de 5 x 25 cm de largo y hacerle flecos.
4.- Cortar una tira finita de aproximadamente 30 cm
de largo y pegarla sobre el extremo de la tira de flecos. Enrollar la
tira de flecos, ajustar y pegar cuando se llegue al otro extremo.
5.- Pegar el extremo libre de la tira del pompón en el centro y sobre la diagonal de la tapa del gorro.
6.- Pegar un cuadradito de goma E.V.A. negra sobre la unión de la tira y la tapa.
PASO A PASO
jueves, 27 de noviembre de 2014
miércoles, 26 de noviembre de 2014
martes, 25 de noviembre de 2014
lunes, 24 de noviembre de 2014
Que canten los niños
Que canten los niños, que alcen la voz,
que hagan al mundo escuchar;
que unan sus voces y lleguen al sol;
en ellos está la verdad.
que canten los niños que viven en paz
y aquellos que sufren dolor;
que canten por esos que no cantarán
porque han apagado su voz...
"yo canto para que me dejen vivir".
"yo canto para que sonría mamá".
"yo canto por que sea el cielo azul".
"y yo para que no me ensucien el mar".
"yo canto para los que no tienen pan".
"yo canto para que respeten la flor".
"yo canto por que el mundo sea feliz".
"yo canto para no escuchar el cañón".
Repite primera parte...
"yo canto por que sea verde el jardín".
"y yo para que no me apaguen el sol".
"yo canto por el que no sabe escribir".
"y yo por el que escribe versos de amor".
"yo canto para que se escuche mi voz".
"y yo para ver si les hago pensar".
"yo canto porque quiero un mundo feliz".
"y yo por si alguien me quiere escuchar".
Repite primera parte hasta el final.
que hagan al mundo escuchar;
que unan sus voces y lleguen al sol;
en ellos está la verdad.
que canten los niños que viven en paz
y aquellos que sufren dolor;
que canten por esos que no cantarán
porque han apagado su voz...
"yo canto para que me dejen vivir".
"yo canto para que sonría mamá".
"yo canto por que sea el cielo azul".
"y yo para que no me ensucien el mar".
"yo canto para los que no tienen pan".
"yo canto para que respeten la flor".
"yo canto por que el mundo sea feliz".
"yo canto para no escuchar el cañón".
Repite primera parte...
"yo canto por que sea verde el jardín".
"y yo para que no me apaguen el sol".
"yo canto por el que no sabe escribir".
"y yo por el que escribe versos de amor".
"yo canto para que se escuche mi voz".
"y yo para ver si les hago pensar".
"yo canto porque quiero un mundo feliz".
"y yo por si alguien me quiere escuchar".
Repite primera parte hasta el final.
viernes, 21 de noviembre de 2014
miércoles, 19 de noviembre de 2014
esa boca-lectura
Mario
Benedetti
(Paso de los Toros, Departamento de Tacuarembó,
Uruguay, 14 de septiembre del 1920)
(Paso de los Toros, Departamento de Tacuarembó,
Uruguay, 14 de septiembre del 1920)
Esa boca
(Montevideanos, 1959)
(Montevideanos, 1959)
Su entusiasmo por el circo se
venía arrastrando desde tiempo atrás. Dos meses, quizá. Pero cuando
siete años son toda la vida y aún se ve el mundo de los mayores como una
muchedumbre a través de un vidrio esmerilado, entonces dos meses
representan un largo, insondable proceso. Sus hermanos mayores habían ido
dos o tres veces e imitaban minuciosamente las graciosas desgracias de los
payasos y las contorsiones y equilibrios de los forzudos. También los
compañeros de la escuela lo habían visto y se reían con grandes
aspavientos al recordar este golpe o aquella pirueta. Sólo que Carlos no
sabía que eran exageraciones destinadas a él, a él que no iba al circo
porque el padre entendía que era muy impresionable y podía conmoverse
demasiado ante el riesgo inútil que corrían los trapecistas. Sin
embargo, Carlos sentía algo parecido a un dolor en el pecho siempre que
pensaba en los payasos. Cada día se le iba siendo más dificil soportar
su curiosidad.
Entonces preparó la frase y en el momento oportuno se la dijo al padre: “¿No habría forma de que yo pudiese ir alguna vez al circo?” A los siete años, toda frase larga resulta simpática y el padre se vio obligado primero a sonreír, luego a explicarse: “No quiero que veas a los trapecistas.” En cuanto oyó esto, Carlos se sintió verdaderamente a salvo, porque él no tenía interés en los trapecistas. “¿Y si me fuera cuando empieza ese número?” “Bueno”, contestó el padre, “así, sí”.
La madre compró dos entradas y lo llevó el sábado de noche. Apareció una mujer de malla roja que hacía equilibrio sobre un caballo blanco. Él esperaba a los payasos. Aplaudieron. Después salieron unos monos que andaban en bicicleta, pero él esperaba a los payasos. Otra vez aplaudieron y apareció un malabarista. Carlos miraba con los ojos muy abiertos, pero de pronto se encontró bostezando. Aplaudieron de nuevo y salieron —ahora sí— los payasos.
Su interés llegó a la máxima tensión. Eran cuatro, dos de ellos enanos. Uno de los grandes hizo una cabriola, de aquellas que imitaba su hermano mayor. Un enano se le metió entre las piernas y el payaso grande le pegó sonoramente en el trasero. Casi todos los espectadores se reían y algunos muchachitos empezaban a festejar el chiste mímico antes aún de que el payaso emprendiera su gesto. Los dos enanos se trenzaron en la milésima versión de una pelea absurda, mientras el menos cómico de los otros dos los alentaba para que se pegasen. Entonces el segundo payaso grande, que era sin lugar a dudas el más cómico, se acercó a la baranda que limitaba la pista, y Carlos lo vio junto a él, tan cerca que pudo distinguir la boca cansada del hombre bajo la risa pintada y fija del payaso. Por un instante el pobre diablo vio aquella carita asombrada y le sonrió, de modo imperceptible, con sus labios verdaderos. Pero los otros tres habían concluido y el payaso más cómico se unió a los demás en los porrazos y saltos finales, y todos aplaudieron, aun la madre de Carlos.
Y como después venían los trapecistas, de acuerdo a lo convenidó la madre lo tomó de un brazo y salieron a la calle. Ahora sí había visto el circo, como sus hermanos y los compañeros del colegio. Sentía el pecho vacío y no le importaba qué iba a decir mañana. Serían las once de la noche, pero la madre sospechaba algo y lo introdujo en la zona de luz de una vidriera. Le pasó despacio, como si no lo creyera, una mano por los ojos, y después le preguntó si estaba llorando. Él no dijo nada. “¿Es por los trapecistas? ¿Tenías ganas de verlos?”
Ya era demasiado. A él no le interesaban los trapecistas. Sólo para destruir el malentendido, explicó que lloraba porque los payasos no le hacían reír.
Entonces preparó la frase y en el momento oportuno se la dijo al padre: “¿No habría forma de que yo pudiese ir alguna vez al circo?” A los siete años, toda frase larga resulta simpática y el padre se vio obligado primero a sonreír, luego a explicarse: “No quiero que veas a los trapecistas.” En cuanto oyó esto, Carlos se sintió verdaderamente a salvo, porque él no tenía interés en los trapecistas. “¿Y si me fuera cuando empieza ese número?” “Bueno”, contestó el padre, “así, sí”.
La madre compró dos entradas y lo llevó el sábado de noche. Apareció una mujer de malla roja que hacía equilibrio sobre un caballo blanco. Él esperaba a los payasos. Aplaudieron. Después salieron unos monos que andaban en bicicleta, pero él esperaba a los payasos. Otra vez aplaudieron y apareció un malabarista. Carlos miraba con los ojos muy abiertos, pero de pronto se encontró bostezando. Aplaudieron de nuevo y salieron —ahora sí— los payasos.
Su interés llegó a la máxima tensión. Eran cuatro, dos de ellos enanos. Uno de los grandes hizo una cabriola, de aquellas que imitaba su hermano mayor. Un enano se le metió entre las piernas y el payaso grande le pegó sonoramente en el trasero. Casi todos los espectadores se reían y algunos muchachitos empezaban a festejar el chiste mímico antes aún de que el payaso emprendiera su gesto. Los dos enanos se trenzaron en la milésima versión de una pelea absurda, mientras el menos cómico de los otros dos los alentaba para que se pegasen. Entonces el segundo payaso grande, que era sin lugar a dudas el más cómico, se acercó a la baranda que limitaba la pista, y Carlos lo vio junto a él, tan cerca que pudo distinguir la boca cansada del hombre bajo la risa pintada y fija del payaso. Por un instante el pobre diablo vio aquella carita asombrada y le sonrió, de modo imperceptible, con sus labios verdaderos. Pero los otros tres habían concluido y el payaso más cómico se unió a los demás en los porrazos y saltos finales, y todos aplaudieron, aun la madre de Carlos.
Y como después venían los trapecistas, de acuerdo a lo convenidó la madre lo tomó de un brazo y salieron a la calle. Ahora sí había visto el circo, como sus hermanos y los compañeros del colegio. Sentía el pecho vacío y no le importaba qué iba a decir mañana. Serían las once de la noche, pero la madre sospechaba algo y lo introdujo en la zona de luz de una vidriera. Le pasó despacio, como si no lo creyera, una mano por los ojos, y después le preguntó si estaba llorando. Él no dijo nada. “¿Es por los trapecistas? ¿Tenías ganas de verlos?”
Ya era demasiado. A él no le interesaban los trapecistas. Sólo para destruir el malentendido, explicó que lloraba porque los payasos no le hacían reír.
esa boca lectura y comprension
Antes de leer
¿Qué puede anticiparte el título del cuento?
1. El título Esa boca indica que el cuento aborda un tema relacionado con uno de los sintagmas nominales que siguen. Selecciona el que responda a esa relación.
- la alimentación
- la estomatología
- la música
- la plástica
Al leer
La fase anterior te permite hacer anticipaciones, predicciones sobre el contenido del cuento. Ya, en esta segunda etapa, durante la lectura debes confirmar esas predicciones mediante la confirmación y autocorrección.
Si cumpliste cada una de las etapas anteriores, esta etapa te prueba lo que lograste con la lectura realizada y te dice cuánto te acercas al lector activo que buscas. Estarás en condiciones de responder:
Reproduce los sucesos del cuento en el orden en que ocurren.
Para responder, puedes escoger cualquiera de las formas que siguen:
_ Carlos meditó antes de hablar con el padre.
_ Las expectativas de Carlos sobre el circo se desvanecieron completamente.
¿Qué puede anticiparte el título del cuento?
1. El título Esa boca indica que el cuento aborda un tema relacionado con uno de los sintagmas nominales que siguen. Selecciona el que responda a esa relación.
- la alimentación
- la estomatología
- la música
- la plástica
Al leer
La fase anterior te permite hacer anticipaciones, predicciones sobre el contenido del cuento. Ya, en esta segunda etapa, durante la lectura debes confirmar esas predicciones mediante la confirmación y autocorrección.
- Relee los párrafos que no comprendas, o te resulten confusos.
- Haz anotaciones sobre personajes, lugares, momentos en que transcurre lo acontecido, otros.
- Consulta el diccionario.
- Anota expresiones que confirmen o contradigan tus anticipaciones.
- Anota las palabras o expresiones que más te llamen la atención.
- Resume el contenido de cada párrafo.
- Después de leer
Si cumpliste cada una de las etapas anteriores, esta etapa te prueba lo que lograste con la lectura realizada y te dice cuánto te acercas al lector activo que buscas. Estarás en condiciones de responder:
- ¿De qué trata el cuento? Selecciona, de las imágenes que siguen, la que responde con más exactitud.
Reproduce los sucesos del cuento en el orden en que ocurren.
Para responder, puedes escoger cualquiera de las formas que siguen:
- un párrafo
- un esquema
- un dibujo
- Selecciona las expresiones del cuento que se relacionan con las ideas siguientes:
_ Carlos meditó antes de hablar con el padre.
_ Las expectativas de Carlos sobre el circo se desvanecieron completamente.
- ¿Por qué los padres de Carlos no lo dejaban ir al circo?
- ¿Por qué el payaso se le acercó a Carlos?
- ¿Qué piensas sobre la actitud de Carlos ante los payasos?
- ¿Te ha sucedido algo semejante a lo que le sucedió a Carlos? Ejemplo:
- ¿Qué aprendiste con la lectura de este cuento? Escribe tu respuesta.
- Relaciona este cuento con el poema El Payaso, de Eliseo Diego. ¿Qué tienen en común el cuento y el poema?
martes, 18 de noviembre de 2014
caperucita en el 2014-obra para fin de cursos
1-Imagen: Todos los niños
colocados en fila para poder salir en orden.
En el fondo se observa el escenario
con la diferente utilería a ser usada: una especie de cocina, mesa con xo, silla.
Otro lugar con una mesa computadora y cámara, un espacio que simula una sala,
àrboles, flores-
2. Presentación:
Una niña:( tiene un cartel)”CAPERUCITA EN EL 2014”
3. Ruptura:
Todos menos el lector 1 y el lector 2
salen corriendo de la fila hacia el fondo, comienzan a colocarse sus ropas y
trajes de personajes mientras el narrador comienza la historia.
Escena 1-
LECTOR 1: ESTA HISTORIA ES EL PRESENTE. HAY UNA CHICA
LLAMADA CAPERUCITA ROJA, SONIDOS DE CELULAR.
CAPERUCITA ES UNA
FANÁTICA DE LA TECNOLOGÍA. ELLA TIENE COMPUTADORA, CELULAR, FAX, ETC, ETC.
ACCION: DOS NIÑOS ACOMODAN UNA PEQUEÑA SALA-ENTRA CAPERUCITA
HABLANDO POR TELÈFONO CON SU AMIGA:
CAPERUCITA: SI, YA SÉ QUE LA NUEVA PÁGINA DE MODAS ESTÁ
REALMENTE ESPECTACULAR…
APARECE LA MAMÀ MUY PREOCUPADA:
MAMÁ: CAPERUCITA! TU ABUELA TE MANDÓ UN FAX
CAPERUCITA: BUENO MÁ .PERDÓNAME, JANE, ME TENGO QUE IR. TE HABLO LUEGO…
AMIGA: BIEN, TE VEO EN EL SHOPPING.
LECTOR 1: LA ABUELITA LE ENVIÓ UNA LISTA CON LO QUE NECESITA DEL SUPER-
MAMÁ: CAPERUCITA! TU ABUELA TE MANDÓ UN FAX
CAPERUCITA: BUENO MÁ .PERDÓNAME, JANE, ME TENGO QUE IR. TE HABLO LUEGO…
AMIGA: BIEN, TE VEO EN EL SHOPPING.
LECTOR 1: LA ABUELITA LE ENVIÓ UNA LISTA CON LO QUE NECESITA DEL SUPER-
ACCIÒN: LA NIÑA CONTENTA
CAMINA Y VA LEYENDO:
CAPERUCITA:”BUENO, LA ABU NECESITA ÁZUCAR, JABON EN POLVO, NARANJAS, PAPEL PARA EL FAX Y TONER.LE VOY A MANDAR UN MENSAJE DE TEXTO.”
CAPERUCITA:”BUENO, LA ABU NECESITA ÁZUCAR, JABON EN POLVO, NARANJAS, PAPEL PARA EL FAX Y TONER.LE VOY A MANDAR UN MENSAJE DE TEXTO.”
MUY ORGULLOSA CAPERUCITA SE MUEVE Y ESCRIBE EN EL CELULAR EL
TEXTO-
LECTOR 1: EL MENSAJE DICE “ABUELITA: COMPRO ESAS COSAS Y TE LAS LLEVO A TU CASA. ¿QUIERES QUE TOMEMOS EL TÉ JUNTAS A LAS 17? BESOS, CAPERUCITA”
LECTOR 1: PERO PRESIONA EL BOTÓN EQUIVOCADO Y,¡ NO! ¡LE ENVIA EL MENSAJE AL LOBO MALVADO.
LECTOR 1: EL MENSAJE DICE “ABUELITA: COMPRO ESAS COSAS Y TE LAS LLEVO A TU CASA. ¿QUIERES QUE TOMEMOS EL TÉ JUNTAS A LAS 17? BESOS, CAPERUCITA”
LECTOR 1: PERO PRESIONA EL BOTÓN EQUIVOCADO Y,¡ NO! ¡LE ENVIA EL MENSAJE AL LOBO MALVADO.
Escena 2-
TRANSPOSICIÒN-DOS COMPAÑEROS TRAEN UNOS ARBOLES DE UTELERÌA
Y LO COLOCAN EN ESCENA.DEL FONDO APARECE EL LOBO MALVADO.
ACCIÒN: CAMINA EN EL ESCENARIO Y DICE:
LOBO: BUENO, BUENO, BUENO HAY UN MENSAJE DE CAPERUCITA. HMMM, VA A LA CASA DE LA ABUELITA.
ESTA ES MI OPORTUNIDAD!!
LOBO: BUENO, BUENO, BUENO HAY UN MENSAJE DE CAPERUCITA. HMMM, VA A LA CASA DE LA ABUELITA.
ESTA ES MI OPORTUNIDAD!!
ACCIÒN: SE SONRÌE……..CAMINA FELIZ
LECTOR 2: EL LOBO ENVIDIOSO SONRIE Y TIENE UNA MALVADA IDEA .LE ESCRIBE COMO SI FUERA LA ABUELITA .EL MENSAJE DICE:
ME ENCANTARIA TOMAR EL TÉ CONTIGO, PERO TAMBIÉN QUISIERA ALGUNAS FLORES.
TOMA EL CAMINO LARGOY RECÓGELAS POR MI TE VEO 17:30 BESOS, ABUELITA.
LECTOR 2: EL LOBO ENVIDIOSO SONRIE Y TIENE UNA MALVADA IDEA .LE ESCRIBE COMO SI FUERA LA ABUELITA .EL MENSAJE DICE:
ME ENCANTARIA TOMAR EL TÉ CONTIGO, PERO TAMBIÉN QUISIERA ALGUNAS FLORES.
TOMA EL CAMINO LARGOY RECÓGELAS POR MI TE VEO 17:30 BESOS, ABUELITA.
ESCENA NÙMERO 3
ACCIÒN: DOS COMPAÑEROS ACOMODAN CAJAS Y CAJONES-
ACCIÒN- APARECE NUEVAMENTE CAPERUCITA
LECTOR 2: CAPERUCITA VA AL SUPERMERCADO.
CAPERUCITA: “HOLA ¡NECESITO ESTAS COSAS PARA MI ABUELA. ¿PODRÍAS AYUDARME?”
LECTOR 2: CAPERUCITA VA AL SUPERMERCADO.
CAPERUCITA: “HOLA ¡NECESITO ESTAS COSAS PARA MI ABUELA. ¿PODRÍAS AYUDARME?”
ACCIÒN-SE ACERCA UN NIÑO QUE HACE DE ALMACENERO-
ALMACENERO: “¡CLARO! ESPERE UN MOMENTO.AZÚCAR, NARANJAS, JABÓN, PAPELY TONER”.
AYUDANTE:”AQUÍ TIENES”
CAPERUCITA: ¡AH NO, ME OLVIDÉ LA PLATA!
¿ACEPTAS TARJETAS?
ALMACENERO: ¡CLARO, PERMÍTEME! AQUÍ TIENES, GRACIAS, VUELVE PRONTO.
ALMACENERO: “¡CLARO! ESPERE UN MOMENTO.AZÚCAR, NARANJAS, JABÓN, PAPELY TONER”.
AYUDANTE:”AQUÍ TIENES”
CAPERUCITA: ¡AH NO, ME OLVIDÉ LA PLATA!
¿ACEPTAS TARJETAS?
ALMACENERO: ¡CLARO, PERMÍTEME! AQUÍ TIENES, GRACIAS, VUELVE PRONTO.
ESCENA NÙMERO 4-
ACCIÒN: NUEVAMENTE SE ESCUCHA AL NARRADOR
LECTOR 2: ENTONCES CON TODO LO QUE LA ABUELITA NECESITA; CAPERUCITA INICIA SU VIAJE.
LECTOR 2: ENTONCES CON TODO LO QUE LA ABUELITA NECESITA; CAPERUCITA INICIA SU VIAJE.
TRASPOSICIÒN: TRES NIÑOS VUELVEN CON ÀRBOLES Y FLORES
HACIENDO UN CAMINITO.
ACCIÒN: LA PEQUEÑA CAMINA.
ESCENA NUMERO 5
TRASPOSICIÒN: LOS NIÑOS COLOCAN UNA CAMA, UNA MESA Y UNA XO
EN UN EXTREMO.
EN EL OTRO UNA MESA Y OTRA XO-
APARECEN NUEVOS PERSONAJES.
ACCIÒN-EL NARRADOR HABLA-
LECTOR 1: MIENTRAS TANTO EN LA CASA DE LA ABUELITA ALGO ESTÁ
PASANDO.
SI, LA ABUELA TAMBIEN ES UNA FANATICA DE TECNOLOGIA Y EN ESTE MOMENTO ESTÁ CHATEANDO CON SU BUEN AMIGO, WOODY, EL LEÑADOR.
SI, LA ABUELA TAMBIEN ES UNA FANATICA DE TECNOLOGIA Y EN ESTE MOMENTO ESTÁ CHATEANDO CON SU BUEN AMIGO, WOODY, EL LEÑADOR.
ACCIÒN: LA ABUELITA CHATEA CON UN AMIGO, EL LEÑADOR-
ABUELITA:¡ESPERAME WOODY, TENGO VISITAS”.
LEÑADOR:” BUENO PERO DEJAS LA CÁMARA ENCENDIDA”…
ABUELITA:¡ESPERAME WOODY, TENGO VISITAS”.
LEÑADOR:” BUENO PERO DEJAS LA CÁMARA ENCENDIDA”…
ACCIÒN: EL NARRADOR EXPLICA.
LECTOR 1: LA ABUELITA NO ESCUCHA A WOODY ENTONCES CUANDO EL MALVADO LOBO ENTRA Y LA ENCIERRA EN EL ROPERO, ÉL LO VE TODO.
LECTOR 1: LA ABUELITA NO ESCUCHA A WOODY ENTONCES CUANDO EL MALVADO LOBO ENTRA Y LA ENCIERRA EN EL ROPERO, ÉL LO VE TODO.
ESCENA 6-
TRASPOSICIÒN- AL FONDO SE VE UNA PUERTA Y UNA MESA-SIMULA
UNA COMISERÌA-
ACCIÒN: EL LEÑADOR LLAMA A LA POLICÌA PARA DAR AVISO
LEÑADOR: “LLAMO PARA REPORTAR UN ROBO”
POLICÍA:” NO ME DIGA NADA ES EL LOBO”
LEÑADOR:”SÍ Y ESTÁ EN LA CASA DE LA ABUELITA”.
POLICÍA:” VAMOS PARA AHÍ”
LEÑADOR: “LLAMO PARA REPORTAR UN ROBO”
POLICÍA:” NO ME DIGA NADA ES EL LOBO”
LEÑADOR:”SÍ Y ESTÁ EN LA CASA DE LA ABUELITA”.
POLICÍA:” VAMOS PARA AHÍ”
ESCENA FINAL
ACCIÒN.
LECTOR2: CAPERUCITA ESTÁ LLEGANDO A LA CASA DE LA ABUELITA PERO EN VEZ DE ENCONTRARLA A ELLA VE AL LOBO PONIENDO TODAS LAS COSAS DE SU ABUELA EN UNA GRAN BOLSA. LA TELE, EL D.V.D, EL EQUIPO DE MÚSICA, LA CÁMARA DIGITAL, TODO!
ACCIÒN: MUY MALA, LA NIÑA GRITA MUY FUERTE!!!!
CAPERUCITA: ¿ QUÉ ESTÁS HACIENDO? ¡DETÉNTE!
CAPERUCITA: ¿ QUÉ ESTÁS HACIENDO? ¡DETÉNTE!
LOBO: ¿QUIÉN VA A DETENERME? ¿TÚ?
ACCIÒN: APARECE LA POLICÌA….
POLICÍA ¡NO, NOSOTROS VAMOS A DETENERTE!
LOBO:”AH NO, USTEDES DE NUEVO!”
POLICÍA:”VAMOS “.
FOTÓGRAFO:”UNA FOTO, POR FAVOR. WHISKY ¡”
ABUELITA:”GRACIAS MI QUERIDA”
CAPERUCITA:”DE NADA .PERO QUIEN LLAMO A LA POLICÍA?”
LEÑADOR:” FUI YO!”
ABUELA Y CAPERUCITA:”¿CÓMO?
LEÑADOR: LA CAMARA…
CAPERUCITA: BUENO, BARBARO! AHORA A FESTEJAR! ES HORA DE VIOLETA, LA TELENOVELA!I
POLICÍA ¡NO, NOSOTROS VAMOS A DETENERTE!
LOBO:”AH NO, USTEDES DE NUEVO!”
POLICÍA:”VAMOS “.
FOTÓGRAFO:”UNA FOTO, POR FAVOR. WHISKY ¡”
ABUELITA:”GRACIAS MI QUERIDA”
CAPERUCITA:”DE NADA .PERO QUIEN LLAMO A LA POLICÍA?”
LEÑADOR:” FUI YO!”
ABUELA Y CAPERUCITA:”¿CÓMO?
LEÑADOR: LA CAMARA…
CAPERUCITA: BUENO, BARBARO! AHORA A FESTEJAR! ES HORA DE VIOLETA, LA TELENOVELA!I
ACCION: SE ESCUCHA MÙSICA DE VIOLETA
MUSICA …………………………………………………………..
LECTOR 1: ESTA HISTORIA ES NUEVA, PERO QUERIDOS
ESPECTADORES, LA VERDAD ES QUE, LA TECNOLOGÍA
PUEDE SER REALMENTE ÚTIL-
MUSICA …………………………………………………………..
LECTOR 1: ESTA HISTORIA ES NUEVA, PERO QUERIDOS
ESPECTADORES, LA VERDAD ES QUE, LA TECNOLOGÍA
PUEDE SER REALMENTE ÚTIL-
FIN
jueves, 6 de noviembre de 2014
libro primero
CANTO PRIMERO
I
El Uruguay y el Plata
Vivían su salvaje primavera;
La sonrisa de Dios de que nacieron
Aun palpita en las aguas y en las selvas;
Aun viste el espinillo
Su amarillo típoy; aun en la hierba
Engendra los vapores temblorosos
Y a la calandria en el ombú despierta;
Aun dibuja misterios
En el mburucuyá de las riberas,
Anuncia el día, y por la tarde enciende
Su último beso en la primera estrella;
Aun alienta en el viento
Que cimbra blandamente las palmeras.
Que remece los juncos de la orilla
Y las hebras del sauce balancea;
Y hasta el río dormido
T A B A R É
22
Baja en el rayo de las lunas llenas,
Para enhebrar diamantes en las olas,
Y resbalar o retorcerse en ellas.
II
Serpiente azul de escamas luminosas
Que, sin dejar sus ignoradas cuevas,
Se enrosca entre las islas, y se arrastra
Sobre el regazo virgen de la América,
El Uruguay arranca a las montañas
Los troncos de sus ceibas
Que, entre espumas e inmensos camalotes
Al río como mar y al mar entrega.
El himno de sus olas
Resbala melodioso en sus arenas,
Mezclando sus solemnes pensamientos
Con el del blanco acorde de la selva;
Y al grito temeroso
Que lanzan en los aires sus tormentas,
Contesta el grito de una raza humana
Que aparece desnuda en las riberas.
Es la raza charrúa
J U A N ZORRILLA DE SAN MARTÍN
23
De la que el nombre apenas
Han guardado las hondas y los bosques
Para entregar sus notas al poema;
Nombre que aun reproduce
La tempestad lejana, que se acerca
Formando los fanales del relámpago
Con las pesadas nubes cenicientas.
Es la raza indomable
Que alentó en una tierra
Patria de los amores y las glorias,
Que al Uruguay y al Plata se recuesta;
La patria, cuyo nombre
Es canción en el arpa del poeta,
Grito en el corazón, luz en la aurora,
Fuego en la mente, y en el cielo estrella.
III
La encuentra el pensamiento antes que el hombre
Antiguo la sorprenda,
En lucha con la tierra y con el cielo,
Y en su salvaje libertad envuelta.
Para ella, el horizonte cierra el mundo
T A B A R É
24
Con un muro de piedra;
Tras él duermen las tardes y las lunas;
Tras él la aurora duerme y se despierta,
Cruza el salvaje errante
La soledad de la llanura inmensa
Y el amarillo tigre, como él hosco,
Como él fiero y desnudo, la atraviesa.
El tigre brama; el indio
Contesta en el silbido de su flecha.
¿Dónde va? ¿Qué persigue? Tras su paso,
Sobre ese hermoso suelo, ¿qué nos deja?
¿Para él está formada
Esa encantada tierra
Que a los diáfanos cielos de Diciembre
Les devuelve una flor por cada estrella?
¿Para él sus grandes ríos
Cantando se despeñan
Los himnos inmortales de sus ondas?
¿Qué fue esa raza que Pasó sin huella?
¿Fue el último vestigio
De un mundo en decadencia?
¿Crepúsculo sin día? ¿Noche acaso
Que surgió obscura de la luz eterna?
J U A N ZORRILLA DE SAN MARTÍN
25
La eterna lumbre sólo engendra auroras.
La noche, las tinieblas
Son ausencia de luz; la eterna noche
Es sólo del Creador la eterna ausencia.
En esa raza, en su excelso origen
Aun el vestigio queda,
Como el toque de luz amarillento
Que un sol que muere en los espacios deja.
Hay lumbre en esos ojos siemprehuraños,
Fuego que encienden sólo las ideas;
Mas la lumbre se extingue, y una raza
Falta de luz, se extinguirá con ella.
Nacida para el bien, el mal la rinde;
Destinada a la paz, vive en la guerra...
¡Hojas perdidas en su tronco enfermo
El remolino las arrastra enfermas¡
IV
A las tribus lejanas
Convocan las hogueras
Que encendió Caracé sobre las lomas
Como gritos de fuego y de pelea.
T A B A R É
26
Caracé, en cuyo cuerpo
Las heridas se cuentan
Como las manchas en la piel del tigre,
Y por eso le prestan obediencia.
Caracé, en cuyo toldo
Las pieles y sangrientas cabelleras
De los caciques yaros y bohanes
Que tu brazo arrancó, prueban su fuerza;
Que tiene diez mujeres
Que aguzan las espinas de sus flechas,
Y los fuegos encienden de su toldo,
Y el jugo de las plantas le fermentan,
Nadie sabe los fríos
Que ha vivido el cacique; pero cuentan
Que allá en el tiempo de los soles largos,
Al Uruguay llegó, desde la sierra.
Lejana, muy lejana,
Que ve salir el sol, cuando las ceibas
En que hoy anida el águila, sentían
Correr la savia en su primer corteza.
Ya entonces había visto
Cruzar las lunas en las horas lentas;
Pero aun es joven cual si con sus manos
J U A N ZORRILLA DE SAN MARTÍN
27
Contar sus fríos Caracé pudiera;
Aun en sus fuertes dedos
Es la maza de piedra
El brazo de la muerte que en las tribus
Derrama el frío que en Ion huesos queda.
V
¿Por qué el vicio cacique
A las turbas congrega,
Toma la maza y apercibe el arco
Que nadie sino él cimbrar intenta?
Por qué bajo sus párpados
Brilla con luz siniestra
La pupila pequeña y prolongada
En que se encienden sus miradas fieras?
¿Acaso los bohanes
La vencida cabeza
Alzan de nuevo, y su guerrera lanza
Del charrúa clavaron en la selva?
¿Acaso al otro lado
Del río como mar, las humaredas
Se ven del indio querandí, y provocan
T A B A R É
28
Del Uruguay la tribu turbulenta?
No: Caracé no teme
Que los indios se atrevan
A encender junto al Hum un solo fuego
Mientras seis lunas a brillar no vuelvan.
Lo que hace que el cacique
Ciña a su frente estrecha
Las plumas de avestruz, y ajuste el ardo,
Y al par del fuego, su mirada encienda,
Es que tendido estaba
En la playa desierta,
Cuando vio que cruzaba por las islas
Del Paraná-Guazú, piragua inmensa.
Que como garza enorme,
Flotaba entre la niebla
Dando a los aires las extrañas alas,
Y volando con rumbo a la ribera.
El Uruguay en vano
Sale a su encuentro y ladra bajo de ella;
En vano, con sus olas encrespadas,
Sus costados airados abofetea;
La nave altiva:
J U A N ZORRILLA DE SAN MARTÍN
29
Lanza un grito del cielo que retiembla,
Llega a la costa y, agarrando al río
Por la erizada crin, en él se sienta.
VI
A Caracé el cacique
Han rodeado las tribus más guerreras,
Y entre el espeso matorral del río,
Como banda escondida de luciérnagas,
Los ojos de los indios fosforecen,
Al ver sobre la arena
Cómo descienden de la extraña nave
Los hombres blancos de la raza nueva
Y cómo, dando al viento
Y clavando en el suelo su bandera,
Se agrupan en su torno, y con sus voces
La sorprendida soledad atruenan.
¡Extraños seres! Brillan
A los rayos del sol. Nada recelan.
Y las lomas los miran y el barranco;
Y el Uruguay se empina y los observa,
Y los indios ocultos
T A B A R É
30
Mutuamente se muestran,
Con los brazos desnudos extendidos,
El grupo extraño que al jaral se acerca.
VII
Entre inmenso alarido,
Una lluvia rabiosa de saetas
Parte del matorral, y de salvajes
Un enjambre fantástico tras ellas.
La bola arrojadiza
Silba y choca del blanco en la cabeza,
Cae al sepulcro el español herido
Amortajado en su armadura negra,
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Y los guerreros blancos
Huyen despavoridos por las breñas,
Dejando sangre en la salvaje playa
Y una mujer en la sangrienta arena.
Parece flor de sangre,
Sonrisa de un dolor; es la primera
Gota de llanto que, entre sangre tanta,
Derramó España en nuestra tierra.
Pálida como un lirio,
J U A N ZORRILLA DE SAN MARTÍN
31
Sola con vida entre los muertos queda.
Caracé, que a su lado se detiene,
Con avidez salvaje la contempla,
Mientras los rudos golpes
De las hachas de piedra
Del postrado español en la armadura
Y en los cráneos inmóviles resuenan.
VIII
"De los guerreros muertos
Vuestra será la hermosa cabellera:
Su blanca piel ajuste vuestros arcos,
Y sus dientes adornen vuestras tiendas;
Y sus extrañas armas,
Ove brillan como el astro, serán vuestras;
Y los tipoys que sus espaldas cubren
Como las rojas flores a la ceiba.
Caracé sólo quiere
En tu toldo a la blanca prisionera,
Que de su techo encenderá los fuegos,
Los fuegos de] amor y de la guerra".
Tal hablaba el cacique
T A B A R É
32
En sus brazos llevando a Magdalena
Al bosque solitario de los talas
En que el indio formó su madriguera.
IX
Hermanos del dolor, bardos amigos,
Trovadores galanos de mi tierra,
Que me seguís en la jornada obscura
A través del misterio de la selva:
Ensayad en el alma
El acorde otoñal: la noche llega.
El acorde que suena cuando el ave
Vuelve en silencio al nido que la espera;
Y hasta el lirio más pálido del campo
Para dormir en paz su bronce cierra,
Y su perfume virgen
Con el amor de otros perfumes sueña.
Vosotros, los que al paso de la tarde
Inclináis tristemente la cabeza,
Y amáis el cielo cuando en él agita
Su ala tremante la primera estrella;
Calzaos las sandalias
Con que hasta el alma del dolor se llega.
J U A N ZORRILLA DE SAN MARTÍN
33
Sí el alma vuestra, oh, bardos!,
Bañada en el Jordán de la tristeza,
Es pura como la última palabra
Que acaso os dijo vuestra madre muerta,
Llegaos en silencio
Al tálamo sangriento de la selva...
Es ya de noche; los rumores lloran...
¡No despertéis a la española enfer
I
El Uruguay y el Plata
Vivían su salvaje primavera;
La sonrisa de Dios de que nacieron
Aun palpita en las aguas y en las selvas;
Aun viste el espinillo
Su amarillo típoy; aun en la hierba
Engendra los vapores temblorosos
Y a la calandria en el ombú despierta;
Aun dibuja misterios
En el mburucuyá de las riberas,
Anuncia el día, y por la tarde enciende
Su último beso en la primera estrella;
Aun alienta en el viento
Que cimbra blandamente las palmeras.
Que remece los juncos de la orilla
Y las hebras del sauce balancea;
Y hasta el río dormido
T A B A R É
22
Baja en el rayo de las lunas llenas,
Para enhebrar diamantes en las olas,
Y resbalar o retorcerse en ellas.
II
Serpiente azul de escamas luminosas
Que, sin dejar sus ignoradas cuevas,
Se enrosca entre las islas, y se arrastra
Sobre el regazo virgen de la América,
El Uruguay arranca a las montañas
Los troncos de sus ceibas
Que, entre espumas e inmensos camalotes
Al río como mar y al mar entrega.
El himno de sus olas
Resbala melodioso en sus arenas,
Mezclando sus solemnes pensamientos
Con el del blanco acorde de la selva;
Y al grito temeroso
Que lanzan en los aires sus tormentas,
Contesta el grito de una raza humana
Que aparece desnuda en las riberas.
Es la raza charrúa
J U A N ZORRILLA DE SAN MARTÍN
23
De la que el nombre apenas
Han guardado las hondas y los bosques
Para entregar sus notas al poema;
Nombre que aun reproduce
La tempestad lejana, que se acerca
Formando los fanales del relámpago
Con las pesadas nubes cenicientas.
Es la raza indomable
Que alentó en una tierra
Patria de los amores y las glorias,
Que al Uruguay y al Plata se recuesta;
La patria, cuyo nombre
Es canción en el arpa del poeta,
Grito en el corazón, luz en la aurora,
Fuego en la mente, y en el cielo estrella.
III
La encuentra el pensamiento antes que el hombre
Antiguo la sorprenda,
En lucha con la tierra y con el cielo,
Y en su salvaje libertad envuelta.
Para ella, el horizonte cierra el mundo
T A B A R É
24
Con un muro de piedra;
Tras él duermen las tardes y las lunas;
Tras él la aurora duerme y se despierta,
Cruza el salvaje errante
La soledad de la llanura inmensa
Y el amarillo tigre, como él hosco,
Como él fiero y desnudo, la atraviesa.
El tigre brama; el indio
Contesta en el silbido de su flecha.
¿Dónde va? ¿Qué persigue? Tras su paso,
Sobre ese hermoso suelo, ¿qué nos deja?
¿Para él está formada
Esa encantada tierra
Que a los diáfanos cielos de Diciembre
Les devuelve una flor por cada estrella?
¿Para él sus grandes ríos
Cantando se despeñan
Los himnos inmortales de sus ondas?
¿Qué fue esa raza que Pasó sin huella?
¿Fue el último vestigio
De un mundo en decadencia?
¿Crepúsculo sin día? ¿Noche acaso
Que surgió obscura de la luz eterna?
J U A N ZORRILLA DE SAN MARTÍN
25
La eterna lumbre sólo engendra auroras.
La noche, las tinieblas
Son ausencia de luz; la eterna noche
Es sólo del Creador la eterna ausencia.
En esa raza, en su excelso origen
Aun el vestigio queda,
Como el toque de luz amarillento
Que un sol que muere en los espacios deja.
Hay lumbre en esos ojos siemprehuraños,
Fuego que encienden sólo las ideas;
Mas la lumbre se extingue, y una raza
Falta de luz, se extinguirá con ella.
Nacida para el bien, el mal la rinde;
Destinada a la paz, vive en la guerra...
¡Hojas perdidas en su tronco enfermo
El remolino las arrastra enfermas¡
IV
A las tribus lejanas
Convocan las hogueras
Que encendió Caracé sobre las lomas
Como gritos de fuego y de pelea.
T A B A R É
26
Caracé, en cuyo cuerpo
Las heridas se cuentan
Como las manchas en la piel del tigre,
Y por eso le prestan obediencia.
Caracé, en cuyo toldo
Las pieles y sangrientas cabelleras
De los caciques yaros y bohanes
Que tu brazo arrancó, prueban su fuerza;
Que tiene diez mujeres
Que aguzan las espinas de sus flechas,
Y los fuegos encienden de su toldo,
Y el jugo de las plantas le fermentan,
Nadie sabe los fríos
Que ha vivido el cacique; pero cuentan
Que allá en el tiempo de los soles largos,
Al Uruguay llegó, desde la sierra.
Lejana, muy lejana,
Que ve salir el sol, cuando las ceibas
En que hoy anida el águila, sentían
Correr la savia en su primer corteza.
Ya entonces había visto
Cruzar las lunas en las horas lentas;
Pero aun es joven cual si con sus manos
J U A N ZORRILLA DE SAN MARTÍN
27
Contar sus fríos Caracé pudiera;
Aun en sus fuertes dedos
Es la maza de piedra
El brazo de la muerte que en las tribus
Derrama el frío que en Ion huesos queda.
V
¿Por qué el vicio cacique
A las turbas congrega,
Toma la maza y apercibe el arco
Que nadie sino él cimbrar intenta?
Por qué bajo sus párpados
Brilla con luz siniestra
La pupila pequeña y prolongada
En que se encienden sus miradas fieras?
¿Acaso los bohanes
La vencida cabeza
Alzan de nuevo, y su guerrera lanza
Del charrúa clavaron en la selva?
¿Acaso al otro lado
Del río como mar, las humaredas
Se ven del indio querandí, y provocan
T A B A R É
28
Del Uruguay la tribu turbulenta?
No: Caracé no teme
Que los indios se atrevan
A encender junto al Hum un solo fuego
Mientras seis lunas a brillar no vuelvan.
Lo que hace que el cacique
Ciña a su frente estrecha
Las plumas de avestruz, y ajuste el ardo,
Y al par del fuego, su mirada encienda,
Es que tendido estaba
En la playa desierta,
Cuando vio que cruzaba por las islas
Del Paraná-Guazú, piragua inmensa.
Que como garza enorme,
Flotaba entre la niebla
Dando a los aires las extrañas alas,
Y volando con rumbo a la ribera.
El Uruguay en vano
Sale a su encuentro y ladra bajo de ella;
En vano, con sus olas encrespadas,
Sus costados airados abofetea;
La nave altiva:
J U A N ZORRILLA DE SAN MARTÍN
29
Lanza un grito del cielo que retiembla,
Llega a la costa y, agarrando al río
Por la erizada crin, en él se sienta.
VI
A Caracé el cacique
Han rodeado las tribus más guerreras,
Y entre el espeso matorral del río,
Como banda escondida de luciérnagas,
Los ojos de los indios fosforecen,
Al ver sobre la arena
Cómo descienden de la extraña nave
Los hombres blancos de la raza nueva
Y cómo, dando al viento
Y clavando en el suelo su bandera,
Se agrupan en su torno, y con sus voces
La sorprendida soledad atruenan.
¡Extraños seres! Brillan
A los rayos del sol. Nada recelan.
Y las lomas los miran y el barranco;
Y el Uruguay se empina y los observa,
Y los indios ocultos
T A B A R É
30
Mutuamente se muestran,
Con los brazos desnudos extendidos,
El grupo extraño que al jaral se acerca.
VII
Entre inmenso alarido,
Una lluvia rabiosa de saetas
Parte del matorral, y de salvajes
Un enjambre fantástico tras ellas.
La bola arrojadiza
Silba y choca del blanco en la cabeza,
Cae al sepulcro el español herido
Amortajado en su armadura negra,
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Y los guerreros blancos
Huyen despavoridos por las breñas,
Dejando sangre en la salvaje playa
Y una mujer en la sangrienta arena.
Parece flor de sangre,
Sonrisa de un dolor; es la primera
Gota de llanto que, entre sangre tanta,
Derramó España en nuestra tierra.
Pálida como un lirio,
J U A N ZORRILLA DE SAN MARTÍN
31
Sola con vida entre los muertos queda.
Caracé, que a su lado se detiene,
Con avidez salvaje la contempla,
Mientras los rudos golpes
De las hachas de piedra
Del postrado español en la armadura
Y en los cráneos inmóviles resuenan.
VIII
"De los guerreros muertos
Vuestra será la hermosa cabellera:
Su blanca piel ajuste vuestros arcos,
Y sus dientes adornen vuestras tiendas;
Y sus extrañas armas,
Ove brillan como el astro, serán vuestras;
Y los tipoys que sus espaldas cubren
Como las rojas flores a la ceiba.
Caracé sólo quiere
En tu toldo a la blanca prisionera,
Que de su techo encenderá los fuegos,
Los fuegos de] amor y de la guerra".
Tal hablaba el cacique
T A B A R É
32
En sus brazos llevando a Magdalena
Al bosque solitario de los talas
En que el indio formó su madriguera.
IX
Hermanos del dolor, bardos amigos,
Trovadores galanos de mi tierra,
Que me seguís en la jornada obscura
A través del misterio de la selva:
Ensayad en el alma
El acorde otoñal: la noche llega.
El acorde que suena cuando el ave
Vuelve en silencio al nido que la espera;
Y hasta el lirio más pálido del campo
Para dormir en paz su bronce cierra,
Y su perfume virgen
Con el amor de otros perfumes sueña.
Vosotros, los que al paso de la tarde
Inclináis tristemente la cabeza,
Y amáis el cielo cuando en él agita
Su ala tremante la primera estrella;
Calzaos las sandalias
Con que hasta el alma del dolor se llega.
J U A N ZORRILLA DE SAN MARTÍN
33
Sí el alma vuestra, oh, bardos!,
Bañada en el Jordán de la tristeza,
Es pura como la última palabra
Que acaso os dijo vuestra madre muerta,
Llegaos en silencio
Al tálamo sangriento de la selva...
Es ya de noche; los rumores lloran...
¡No despertéis a la española enfer
figuras literarias 5to 6to-
Hipérbaton
Definición:
Una hipérbaton es un recurso literario en el que el
autor juega con la colocación regular de palabras y frases, y crea una
frase estructurada de manera diferente para transmitir el mismo
significado. Se dice que mediante el uso de la hipérbaton, palabras o
frases traspasan sus prácticas convencionales y resultan en una
estructura de las oraciones más complejas e intrigantes. Este recurso
literario se utiliza para agregar más profundidad e interés a la
estructura de la oración.
Ejemplo:
"Caminaba solo por los caminos fríos y solitarios".
Esta frase es una variante de lo más convencional, "Él caminó solo por
las calles frías y solitarias".
Otros Ejemplos:
- “Volveran las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar”. Lo mejor sería ponerlo así: “Las
golondrinas oscuras volveran a colgar sus nidos en tu balcón”.
- "del monte en la ladera por mi mano plantado tengo un huerto"
-Definición de Anáfora:
La Anáfora es una figura retórica que consiste en la repetición de palabras al comienzo de una frase o verso.
La Anáfora pertenece a las Figuras Sintácticas. Etimológicamente procede del latín "anaphora" y ésta del griego "ἀναφορά" que significa referencia a lo anterior.
Ejemplos de Anáfora:
La Anáfora pertenece a las Figuras Sintácticas. Etimológicamente procede del latín "anaphora" y ésta del griego "ἀναφορά" que significa referencia a lo anterior.
Ejemplos de Anáfora:
- ¡Oh noche que guiaste!
- Salid fuera sin duelo
salid sin duelo, lágrimas corriendo
- Temprano levantó la muerte el vuelotemprano madrugó la madrugadatemprano estás rondando por el sueloNo perdono a la muerte enamoradano perdono a la vida desatentano perdono a la tierra ni a la nada
- Quién lo soñara, quien lo sintiera, quien se atreviera...
- La niña no ríe. La niña no llora
Mientras las ondas de la luz al beso
palpitaban encendidas;
mientras el sol las desgarradas nubes
del fuego y oro vista;
mientras el aire en su regazo lleve perfumes y armonías;
mientras haya en el mundo primavera
¡Habrá poesía!
"Rima IV" Gustavo Adolfo BecquerPolisíndeton
Definición:
En la literatura, la figura literaria del
“polisíndeton” se refiere al proceso de utilizar conjunciones o de
conectar con frecuencia palabras en una frase, colocadas muy cerca la
una de otra, en oposición a la norma habitual de usarlas escasamente,
sólo donde son técnicamente necesarias. Se usa principalmente para
añadir un efecto dramático, ya que tienen una fuerte presencia
retórica.
Ejemplo:
Por ejemplo:
a) Decir "aquí y allá y en todas partes", en lugar de simplemente decir
"aquí, allá y en todas partes".
b) "Marga y Susana y Ana y Margarita y Benjamín todos planearon ir de
picnic", en lugar de "Marga, Susana, Ana, Margarita y Benjamín ..." hace
hincapié en cada una de las personas y llama la atención a todas las
personas una por una en vez de agruparlos como un grupo.
Más ejemplos pueden ser:
- Hay un palacio y un río y un lago y un puente viejo,
y fuentes con musgo y hierba alta y silencio... un silencio. (Juan
Ramón Jiménez)
- Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte… (Miguel Hernández)
- Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo. (Federico García Lorca)
Metáfora
La metáfora (del latín metaphŏra, y éste a su vez tomado del griego μεταφορά; propiamente “traslado”, “desplazamiento”; derivado de metapheró “yo transporto”) es el desplazamiento de significado entre dos términos con una finalidad estética. Su estudio se remonta a la Poética y la Retórica de Aristóteles.
En el campo de la Literatura, se le ha clasificado como un tropo que permite la descripción de algo mediante una semejanza por analogía. Por ejemplo, Miguel de Cervantes en el capítulo XIII de la primera parte de Don Quijote de la Mancha, construye la descripción de Dulcinea a partir de un conjunto de metáforas:
Que sus cabellos son de oro, su frente de campos elíseos, sus cejas arcos del cielo,sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello,mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve (....)1
miércoles, 5 de noviembre de 2014
Tabarè Canto II
CANTO SEGUNDO
I
Cayó la flor al río!
Los temblorosos círculos concéntricos
Balancearon los verdes camalotes,
Y en el silencio del juncal murieron.
Las aguas se han cerrado;
Las algas despertaron de su sueño,
Y a la flor abrazaron, que moría,
Falta de luz, en el profundo légamo...
Las grietas del sepulcro
Han engendrado un lirio amarillento;
Tiene el perfume de la flor caída.
Su misma palidez... La flor ha muerto!
Así el himno sonaba
De los lejanos ecos;
Así cantaba el urutí en las ceibas.
Y se quejaba en el sauzal el viento.
Siempre llorar la vieron los charrúas;
Siempre mirar al cielo,
Y más allá... Miraba lo invisible
Con sus ojos azules y serenos.
El cacique a su lado está tendido.
Lo domina el misterio;
Hay luz en la mirada de la esclava.
Luz que alumbra sus lágrimas de fuego,
Y ahuyenta al indio, al derramar en ellas
Ese dulce reflejo
De que se forma el nimbo de los mártires,
La diáfana sonrisa de los cielos.
Siempre llorar la vieron los charrúas,
Y así pasaba el tiempo.
Vedla sola en la playa. En esa lágrima
Rueda por sus mejillas un recuerdo.
Sus labios las sonrisas olvidaron.
Sólo brotan de entre ellos
Las plegarias, vestidas de elegías,
Como coros de vírgenes de un templo.
III
Un niño, llora. Sus vagidos se oyen
Del bosque en el secreto,
Unidos a las voces de los pájaros
Que cantan en las ramas de los ceibos.
Le llaman Tabaré. Nació una noche
Bajo el obscuro techo
En que el indio guardaba a la cautiva
A quien el niño exprime el dulce seno.
Le llaman Tabaré. Nació en el bosque
De Caracé el guerrero;
Ha brotado en las grietas del sepulcro
Un lirio amarillento.
Sonrisa del dolor, hijo del alma,
¡Alma de mis recuerdos!
Lo llamaba gimiendo la cautiva
Al estrecharlo en el materno pecho.
Y al entonar los cánticos cristianos
Para arrullar su sueño:
Los cantos de Belén que al fin escucha
La soledad callada del desierto.
Los escuchan las dulces alboradas,
Los balbucen los ecos
Y, en las tardes que salen de los bosques,
Anda con ellos sollozando el viento.
Son los cantos cristianos, impregnados
De inocencia y misterio,
Que acaso aquella tierra escuchó un día,
Como se siente el beso de un ensueño.
martes, 4 de noviembre de 2014
Poema xx Neruda
PUEDO escribir los versos más tristes esta
noche.
Escribir, por ejemplo: " La noche está
estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y
canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta
noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis
brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la
quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta
noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin
ella.
Y el verso cae al alma como pasto el rocío.
Y el verso cae al alma como pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera
guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo
lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la
busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los
mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la
quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis
besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la
quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre
mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me
causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
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