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domingo, 31 de julio de 2016

Rayuela

CAPÍTULO 82 de la novela Rayuela de Julio Cortázar 

Morelliana.
¿Por qué escribo esto? No tengo ideas claras, ni siquiera tengo ideas. Hay jirones, impulsos, bloques, y todo busca una forma, entonces entra en juego el ritmo y yo escribo dentro de ese ritmo, escribo por él, movido por él y no por eso  que llaman el pensamiento y que hace la prosa, literaria u otra. Hay primero una  situación confusa, que sólo puede definirse en la palabra; de esa penumbra parto,  y si lo que quiero decir (si lo que quiere decirse)  tiene suficiente fuerza, inmediatamente se inicia el swing,  un balanceo rítmico que me saca a la superficie, lo ilumina todo, conjuga esa materia confusa y el que la padece en una tercera instancia clara y como fatal: la frase, el párrafo, la página, el capítulo, el libro. Ese balanceo, ese  swing en el que se va informando la materia confusa, es para mí la única certidumbre de su necesidad, porque apenas cesa comprendo que no tengo ya nada que decir. Y también es la única recompensa de mi trabajo: sentir que lo que he escrito es como un lomo de gato bajo la caricia, con chispas y un arquearse cadencioso. Así por la escritura bajo al volcán, me acerco a las Madres, me conecto con el Centro —sea lo que sea. Escribir es dibujar mi mandala y a la vez recorrerlo, inventar la purificación purificándose; tarea de pobre shamán blanco con calzoncillos de nylon.    
Cortázar, Julio (1963) Rayuela. Uruguay: Santillana, SA



lunes, 25 de julio de 2016

Candombe de la libertad

Saben mis ancestros que me voy
oyen mi silencio donde estoy
tras de la puerta que se cierra
soplan tierras de opresión
por eso saben mis ancestros que me voy.

Oigo las monedas tintinear
y a los mercaderes celebrar
saqué mis huesos de la hoguera
y a mi suerte de este azar
siete tambores en la noche de altamar.
Va mi voz a cantar la canción de la libertad.
Sangra la madera del tambor
bajo el latigazo del señor
pero me trajo el gramillero
su galera y su bastón
para que siempre me acompañe el milongón.
Saben mis ancestros que me voy
borrarán mis huellas bajo el sol
abriendo el viento del camino
antes que el blanco en su ambición
le ponga precio a mi cabeza y corazón.

domingo, 24 de julio de 2016

El espantapájaros

El espantapájaros
“Al azul espantapájaros
se le ha perdido el sombrero.
El viento, ladrón de nubes,
lo lleva por el sendero.
Llora lágrimas de paja
al verse sin el sombrero.
él no puede ir a buscarlo,
que está clavado en el suelo.
-¿Quién me trae,
quién me trae
mi sombrerito
de fieltro,
que mis pies
están muy fijos
y mis brazos
siempre quietos?
A buscarlo fue un gusano
muy decidido y muy serio,
pero el camino era largo
y el gusanito muy lerdo.
A buscarlo una tortuga
salió con paso muy lento.
Qué pesada era la marcha !
No pudo llegar muy lejos.
El hombrecito de paja
levanta su cara al cielo:
– Ay, Sol, no me quemes tanto,
que ya no tengo sombrero!
…………………….
A buscarlo siete grillos
y cinco alguaciles fueron.
Todos volvieron cansados,
ninguno encontró el sombrero.
…………………….
Y una mañana, el perdido
oyó llorar a su dueño.
-Devuélveme a su cabeza,
que tú me sacaste, Viento.
-¿Quién me trajo,
quién me trajo
mi sombrerito
de fieltro ?
¿Fue la lluvia ?
¿El cielo fue?
¿O fue nuevamente el viento?
Y langostas y luciérnagas
lo miraban con respeto.
Y el viento, desde los árboles
se reía contento.”

Elsa Gaiero, uruguaya 

martes, 19 de julio de 2016

LA HUERTA Y VOS


LUNES, 11 DE JULIO DE 2016

Agricultura  Orgánica,  Producción de  Semillas  y Soberanía  Alimentaria

La Soberanía Alimentaria es el derecho de los habitantes de un país a elegir su propia agricultura, es el derecho a elegir lo que queremos comer.

Los modelos productivos globalizados para combatir el hambre en el mundo han fracasado, es más, a partir de su instalación el hambre y la desnutrición han aumentado en muchas poblaciones del planeta.

Según datos del El Programa Mundial de Alimentos (PMA)“alrededor de 795​ millones de personas en el mundo no tienen suficientes alimentos para llevar una vida saludable y activa, es decir uno de cada nueve personas.”

Como ya expresamos en entregas anteriores, la agricultura orgánica como Filosofía de vida, nos da la oportunidad de un retorno de lo científico-técnico a lo intuitivo y natural. Es decir que es posible fundamentar científicamente todo el conocimiento acumulado a lo largo del tiempo por las culturas tradicionales (indígenas, pequeños agricultores, agricultores familiares), cuyos conocimientos se originaron  en el saber hacer desde la práctica diaria, desde la vida misma y fueron trasmitidos de generación en generación. Ellos han jugado un rol muy importante a lo largo del tiempo, en la preservación del material genético (germoplasma) que es la base de nuestras semillas locales.


Un punto fundamental de cualquier sistema de producción a pequeña escala es la producción de semillas en el lugar o locales, característica de los predios familiares y colectivos. Preservar la semilla en estos sistemas es la base de laSoberanía Alimentaria.


Existen en nuestro país productores orgánicos y emprendimientos colectivos locales dedicados a producir su propia semilla y a intercambiarlas a través de las redes de intercambio de semillas.

Cuando capacitamos en cómo producir semillas para los diferentes cultivos  que integran nuestra huerta, estamos promoviendo y reafirmando la Soberanía Alimentaria y destacando que es un derecho que hace a la sustentabilidad de nuestro agroecosistema: La Huerta Orgánica.

lunes, 11 de julio de 2016

Las naves del desierto

las naves del desierto- lectura

LAS NAVES DEL DESIERTO.
Reina un silencio absoluto, interrumpido tan sólo por el tintineo de un arnés agitado por el viento y por el rítmico crujido de la arena que produce el caminar de los grandes animales.
La arena se extiende hasta perderse de vista. No hay camino ni pista que seguir, pero la procesión de camellos avanza sin vacilar por la desnuda inmensidad del desierto.
Estas procesiones de camellos que transportan mercancías se denominan caravanas y son un espectáculo común en muchos lugares.
El camello es un animal muy adecuado para transitar por el desierto. En primer lugar, porque posee unas pezuñas anchas y planas que no se hunden en la arena, y, en segundo, porque pueden pasar varios días sin beber, utilizando para subsistir la reserva de grasa y liquido almacenado por la joroba.
Si comúnmente el desierto se define como un “vasto océano de arena”, no es de extrañar que a los camellos se les llame las “naves del desierto”.

1. El caminar de las grandes naves del desierto interrumpe:
a) La soledad
b) El silencio
c) El tintineo del arnés
d) El caminar de los camellos
2. Según el texto la arena se extiende hasta:
a) La orilla del mar
b) La orilla de los ríos
c) Perderse de vista
d) El infinito
3. La palabra caravana en el texto significa:
a) Camellos
b) Procesiones
c) Lugar
d) Espectáculo
4. En el texto la palabra tintineo significa:
a) Silencio
b) Alborada
c) Ruido
d) Viento
5. La procesión de camellos avanza por:
a) La arena
b) Las colinas
c) El desierto
d) Las montañas
6. El camello es un animal adecuado para:
a) Transitar por la ciudad
b) Ir de pueblo en pueblo
c) Transitar por el desierto
d) Transportar agua
7. La expresión “naves del desierto” se refiere a:
a) Los caballos
b) los terneros
c) Los camellos
d) los asnos
8. El camello es adecuado para transitar por el desierto porque:
a) Le gusta caminar por la arena
b) No toma agua
c) Sus patas se hunden en la arena
d) Puede pasar varios días sin beber
9. La expresión “vasto océano de arena” define:
a) Las arenas del desierto
b) los camellos jorobados
c) El desierto
d) Procesiones de camellos
10. La intención del texto es:
a) Informar sobre el origen del camello
b) Dar a conocer la vida del camello
c) Hablar de la utilidad del camello
d) Explicar las características del desierto
11. El camello es un animal que transporta:
a) Leche hacia las colinas
b) Mercancías por el desierto
c) Arenas para construir casas
d) Agua para las caravanas
12. Otro titulo para el texto podría ser:
a) Las bondades del camello
b) El transporte por el desierto
c) Las naves de arena
d) La inmensidad del desierto

lectura 4to año

lectura los camellos y el desierto

LOS CAMELLOS Y EL DESIERTO
Los camellos son los animales que están más adaptados para vivir en los desiertos. Se suele decir que los camellos resisten las condiciones de vida de los desiertos, porque acumulan agua en sus jorobas. En verdad no es así. En su joroba , el camello acumula grasa que usa para alimentarse cuando no tiene qué comer.
En el camello, en realidad, todo está adaptado para que pueda vivir en el desierto. Por ejemplo, sus ojos son grandes y están protegidos por tres párpados. Los párpados de más afuera tienen unas pestañas largas y encrespadas que protegen el ojo, impidiendo que entren granos de arena. El párpado de más adentro es muy fino; si una partícula de polvo entra al ojo del camello, este párpado interior lo limpia inmediatamente expulsando el cuerpo extraño.
El camello puede pasar meses sin tomar agua. En invierno, cuando el calor es menor y las plantas contienen más humedad, el camello no toma agua. Saca agua de las plantas que come. En verano, cuando el calor aumenta y las plantas están más secas, puede pasar hasta cinco días sin tomar agua. Si es necesario, transforma la grasa de su joroba en agua, pero normalmente no lo hace así. Se defiende de perder el agua que necesita para vivir no transpirando, orinando poco y soportando sin problemas que su temperatura suba hasta 11 grados durante el día. No le importa. El frío de la noche le sirve para recuperar su temperatura normal.
Por esta y otras muchas razones, cuando se quiere hacer un viaje por desierto en una cabalgadura, el camello es el animal más indicado. No cabe la menor duda.
Las narices del camello son también muy especiales. Si hay una tormenta de arena, las puede cerrar completamente; así nunca tiene problemas porque le entren granos de arena a su sistema respiratorio. Las orejas del camello también están protegidas contra la arena. Son pequeñas, están dirigidas hacia atrás y están cubiertas de pelo.
Los dientes del camello son muy afilados. Su boca está protegida por dentro por una membrana. Gracias a esto el camello puede comer plantas espinosas sin herirse y triturar cualquier planta del desierto por dura que sea.
Sus largas patas apartan su cuerpo del calor del suelo. En sus pezuñas lleva una especie de almohadillas que le permiten avanzar por la arena sin hundirse.
Sus largas patas apartan su cuerpo del calor del suelo. En sus pezuñas lleva una especie de almohadillas que le permiten avanzar por la arena sin hundirse.
Por esta y otras muchas razones, cuando se quiere hacer un viaje por desierto en una cabalgadura, el camello es el animal más indicado. No cabe la menor duda.
allende y condemarín

lectura 5to 6to año


PELOS
-¡Oh, madre! ¡Me ha salido un pelo!- dijo un pequeño surubí. En efecto, una mañana de junio de mil novecientos y pico un jovencísimo surubí que nadaba como todos los días en el Río de la Plata se descubrió un pelo en la cabeza.
La madre se sorprendió bastante porque -ya se sabe- los peces no tienen pelos. Pero, como hacen todas las madres, enseguida lo mandó a peinarse y listo.
Así empezó la mayor rareza de la historia peluda y acuática. Porque ese pelo era apenas el principio de muchos otros pelos que vendrían. Y no solo para el surubí, sino para todos los demás peces del río. La causa era bien simple.
El marinero de un remolcador había volcado en el agua, por accidente, un frasco de tónico capilar.
El pobre ni se imaginó las novedades que eso iba a producir en el fondo del río. A los sábalos les salió una melena enrulada. A los dorados una cabellera larga y lacia.
Los patíes y los pejerreyes empezaron a peinarse con flequillo. Al principio se sentían raros con la nueva facha, pero después todo el mundo estaba encantado con sus pelos.
Las hijas más chicas de una familia de dientudos salían de paseo con trenzas. Las palometas y las viejas se hicieron permanentes. Nadie hablaba de otra cosa.
-¡Qué bien te queda el brushing, Ernestina! – Le decía una boga a su amiga-. Yo hoy tengo el pelo horrible con tanta humedad. Y también:
-¡Papá, quedé ciego! - No, nene. Es el pelo que no te deja ver- protestaba el pacú-Ñata-; ¿a este chico lo dejan entrar así a la escuela?
En cada esquina había una peluquería. Y en cada peluquería los peces se ondulaban, se alisaban, se cortaban, se estiraban, se teñían, se afeitaban, todo mientras leían revistas.
Entre los juncos crecieron grandes fábricas de peines, peinetas y gorras de baño; de champúes y fijadores; de vinchas, hebillas y secadores de pelos. Pero nada dura en esta vida…
Y un día todo terminó como había empezado.
Una señora que volvía del Delta en una lancha colectivo dejó caer en el agua un frasco de crema para depilarse. Destapado, el frasco.
Y ahí fue cuando los hermosos pelos empezaron a desprenderse de las cabezas. Primero vinieron las calvicies y poco a poco avanzó la peladez.
El disgusto de los peces fue enorme. Era lógico: habituados ya a sus melenas, se veían feos sin ellas. Y no había peluca que parara semejante desastre.
Muchos, para disimular, se raparon la cabeza y se hicieron punkies o cantantes de rock pesado. El único que conservó restos de la era pelosa fue el bagre, que aún hoy tiene bigotes.
Así, los peces volvieron a ser lo que han sido siempre: calvos como huevos. Pero todavía hoy siguen sin entender qué les pasó y por qué los pelos son cosas que aparecen y desaparecen tan locamente. Por eso, para evitarles problemas, es mejor no tirar cosas raras al río.
Ema Wolf, en Pelos y Pulgas, Buenos Aires, Colihue, 1989